¿Puede la Sociedad Teosófica contribuir en algo en este mundo conflictivo?

Halldór Haraldsson – Islandia

Halldór Haraldsson es el Secretario General de la ST  en Islandia. Vive en un barrio residencial de la capital, Reykjavik, llamado Kopavogur, que literalmente significa la Bahía de la foca bebé.

Es obvio para todos que hoy, en el mundo, ha surgido una situación muy difícil que constituye un desafío extraño para cada uno de nosotros. Por una parte tenemos codicia (la crisis financiera) y por otro lado enraizado fanatismo. Observando esta situación uno se pregunta si la Sociedad Teosófica (ST) puede contribuir de alguna manera.
Vemos la reacción positiva de la gente en todo el mundo al sencillo mensaje del Dalai Lama en el cual expresa el respeto a todas las tradiciones religiosas. Sus opiniones pueden parecer nuevas, pero resultan muy familiares para nosotros. Quizás deberíamos mirar de nuevo los principios de la ST. Consideremos los siguientes puntos:

1. La estructura de esta sociedad es especial. En la ST los miembros no siempre pertenecen a la misma tradición espiritual como es habitual en la mayor parte de otras organizaciones, así de este modo se tiene la oportunidad de mostrar cómo los humanos, con diferentes trasfondos espirituales o filosóficos, pueden trabajar juntos en paz y armonía.

2. La ST se hizo internacional justo desde el principio. Mucho antes que las Naciones Unidas, la ST proclamó en su primer objetivo “formar un núcleo de fraternidad universal de la humanidad sin distinción de raza, credo, sexo, casta o color”. Éstas fueron palabras muy radicales en aquel tiempo.

3. La ST no es una secta. El lema de la ST, “No hay religión más elevada que la verdad”, muestra esto muy claramente. Fue un atrevimiento en el siglo XIX y todavía lo es. Refresquemos nuestra memoria a partir de la doble definición de la Teosofía: la absoluta y la relativa. La absoluta: una verdad concebible respecto al mundo y la realidad. La relativa: teorías tentativas para acercarse a esta verdad. Estudiamos diversas tradiciones religiosas y filosofías; podemos seguir cualquiera de ellas, pero al mismo tiempo tener un respeto total para aquellos que siguen caminos distintos lo cual es muy relevante en el mundo de hoy.

4. Enfatizamos la libertad de pensamiento. Aunque prestamos atención a la eterna sabiduría antigua, no proclamamos ninguna doctrina. Enfatizamos amplitud en modos de ver y una actitud tolerante. Como tan bien dijo H. S. Olcott  en su discurso inaugural en la fundación de la ST en Nueva York en 1875: “buscamos, preguntamos, no rechazamos nada sin una causa, no aceptamos nada sin pruebas: somos estudiantes, no profesores”.

5. Es importante para nosotros saber que han existido diversas tendencias en la historia de la ST, por  ejemplo, cuando personalidades carismáticas atrajeron a su alrededor miembros, que luego abandonaron la Sociedad y formaron sus propias organizaciones. También hubo períodos dentro de la ST en que surgieron tendencias hacia un modo sectario de pensar. George Santayana dijo una vez: “aquellos que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo”.

6. Además de aprender del pasado es también de gran importancia estar al corriente de lo que pasa hoy. Existen hoy en día  muchos y excelentes autores fuera de la ST que en sus escritos simpatizan con los objetivos de la sociedad, con los nuevos acontecimientos en la ciencia, etc. La obtención de sus escritos o conferencias podría ser un estimulo gratificante.

7. La formación de un núcleo de hermandad universal de la humanidad etc. también tiene un sentido más profundo: concretamente una transformación psicológica del individuo. Practicando la meditación podemos ser capaces de comenzar una resonancia morfológica espiritual que podría beneficiar al mundo más que cualquier ayuda material.

http://www.theosophyforward.com/how-to-move-forward-can-the-ts-contribute-anything-in-a-troubled-world

El 11 de julio de 2009