Cuando algunas publicaciones se refieren a HPB y su trabajo, siguen estando llenas de interpretaciones erróneas y de suposiciones incorrectas. El siguiente extracto es un buen ejemplo de ello. El lector ha de darse cuenta de que no es lo que piensa el editor de la revista, ni lo que Theosophy Forward intenta comunicar.
Adams, Mark. Nos vemos en la Atlántida: Mi Búsqueda Obsesiva por Encontrar la Ciudad Hundida. Nueva York: Dutton, 2015. [Biblioteca pública de Warren County]
“Otra escritora famosa por sus visiones sobrenaturales de la Atlántida fue la ocultista rusa de finales del siglo diecinueve Madame Blavatsky, cuyo busto podría esculpirse junto al de [Edgar] Cayce en el Monte Rushmore de los médiums. Famosa por sus sesiones de espiritismo y por la fundación del movimiento espiritual conocido como la Teosofía, Blavatsky popularizó la idea de la Atlántida como la antigua patria de una raza de superhombres. Afirmaba que su libro La Doctrina Secreta estaba basado en un manuscrito escrito en la Atlántida (traducido de la lengua original, el Senzar), que tuvo su momento álgido en los años anteriores al 850.000 A.C., al menos medio millón de años antes de que, según se cree, el primer Homo sapiens emigrara del continente africano. El pueblo de la Atlántida de Blavatsky disfrutaba de comodidades modernas como la electricidad y las aeronaves impulsadas por una energía psíquica llamada vril. Las causas que ella atribuye para su caída parecen obvias retrospectivamente: un grupo que practicaba la magia negra lo estropeó todo engendrando híbridos humanos y de animal parecidos a los centauros, que eran explotados como guerreros y esclavos sexuales. Si las ideas que tenía Blavatsky sobre ‘la evolución cósmica’ hubieran servido solamente para nutrir futuras fantasías de la Nueva Era sobre la Atlántida (podéis ver una bonita selección de cartas de tarot en la librería de la Sociedad Teosófica en la East Fifty Third Street de Manhattan) podría quedar descartada como una excéntrica inofensiva. Pero sus ideas sobre ‘las razas raíz”, una división de la humanidad en especies superiores e inferiores, fueron adoptadas por los místicos alemanes con un interés apasionado por demostrar que la raza nórdica superior podía retroceder en su linaje hasta una isla mítica. Blavatsky había dicho que la aria era la raza más desarrollada de las razas raíz de la Atlántida. El término ario (de la palabra sánscrita que designa “noble”) había sido utilizado originalmente por los lingüistas para describir a los pueblos que se extendían desde la Europa del Norte hasta la India y cuyas lenguas habían compartido sus orígenes” (pps 85-86).
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http://www.theosophyforward.com/articles/theosophy-and-the-society-in-the-public-eye/1439-meet-me-in-atlantis