Nuestra Unidad

Jan Nicolaas Kind – Brasil

Todo está en una sagrada unidad

Nuestro planeta Tierra es el tercer planeta desde el sol y es, en diámetro, el quinto más grande del sistema solar. Como un gigante espacial, se mueve por el espacio - en comunión con los otros planetas - a la vertiginosa velocidad de 72.360 kilómetros (aproximadamente 44.962 millas) por hora hacia la constelación de Hércules, mientras la Vía láctea, de la cual forma parte nuestro sistema solar, se mueve hacia la constelación de Leo a unos 2.160.000 kilómetros por hora (unas 1.342.161 millas). También la Tierra y la luna, su satélite, se mueven juntas en una órbita alrededor del sol. Todos estos numerosos movimientos se realizan en perfecta armonía a unas velocidades incomprensibles. Todo cuanto existe funciona en una sagrada unidad.

Nuestras revistas Teosóficas que aparecen en todo el mundo y las numerosas publicaciones de Internet dejan claro que el movimiento Teosófico todavía tiene grandes desafíos a los que enfrentarse. Por esos artículos, parece que muchos miembros están dudosos y preocupados por el futuro de su grupo particular y se dedican a insistir en que únicamente ciertas enseñanzas deben considerarse válidas, o se esfuerzan mucho por intentar convencerse del motivo de la existencia  de su propia Sociedad o grupo.

Nuestros principios teosóficos - las ideas de karma y reencarnación, los mundos visibles e invisibles, las jerarquías, etcétera - nos unen, independientemente de la tradición Teosófica a la que pertenezcamos. Lo que H.P.B. reintrodujo en el mundo es la base en la cual todos coinciden. Hoy en día, en el siglo de la información, vemos que la gente busca un planteamiento menos académico y más práctico de los problemas del mundo, en el que vivimos, basado en la percepción, en la comprensión adecuada y en la experiencia viva. Todos tenemos algo que ofrecer. ¿Cómo lo ofrecemos? ¿Tenemos la actitud correcta hacia todo esto? ¿Dónde nos posicionamos con integridad en nuestro sentido de la  fraternidad?

Nuestra cronología abarca siglos, no décadas, y por eso debemos aprender a pensar en siglos; acabamos de empezar. Si hay una pregunta que realmente nos deba concernir ahora, es la pregunta de cómo podemos seguir haciendo el trabajo Teosófico, y cómo podría desempeñar cada una de las tradiciones un papel activo. Haciendo el trabajo incondicionalmente, respetuosamente en la unidad, explorando nuevos campos, cada uno de los grupos y Teósofos independientes encontrará las respuestas. Mientras hagamos el trabajo, todas nuestras dudas acabarán por disiparse.

 


Esa tierra tiene que labrarse

Nuestra unidad a nivel espiritual fue un hecho ya desde el principio. No es en absoluto una unidad por la unidad en sí; es mucho más profundo y arraigado en el principio de que hay una sola vida y una verdad y de que todos  somos simplemente representantes de ello. La teosofía no nos enseña en el sentido convencional, sino que muchas veces funciona como un indicador que renueva nuestra manera de pensar. Si hacemos de nuestra diversidad un elemento unificador en vez de  separador y trabajamos con un verdadero espíritu religioso, siendo conscientes de los escollos con los que indudablemente nos encontraremos, aprenderemos los unos de los otros. Un mundo realmente pacífico, unificado, no violento, y altruista sólo es posible si el individuo se transforma psicológicamente y fundamentalmente, porque el mundo es tal como es el individuo. Así, la Tierra es nuestra tierra, y esta tierra necesita labrarse.


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http://www.theosophyforward.com/theosophy/our-unity.html