Nuestro Mundo

Derechos humanos, Teosofía, y los Niños gitanos de Kosovo

Kathleen F. Hall – Canadá

“Entre estos gitanos uno puede encontrar rastros de avatares antiguos, cuyas almas eran dioses hace mucho en la India.” (Walter Starkie, En las Tiendas de campaña de Sara. Londres: John Murray, 1953, p. 1)

En julio de 2010, mi hijo de quince años y yo viajamos a Kosovo, en los Balcanes, a trabajar con niños marginados de unas gentes conocidas como Roma, Ashkali, y Egipcios (RAE), también llamados gitanos, cuyos antepasados provenían del norte de la India. Trabajar con estos niños durante un verano en un programa de arte patrocinado por una organización no gubernamental local me dio a comprender algunos de los grandes desafíos en la vida de los RAE de Kosovo.


Devastación en Kosovo en el 2011 es todavía visible

En 2008, Kosovo se convirtió en una república independiente de Serbia y de la antigua Yugoslavia. Esta independencia recién conseguida no fue fácilmente ganada; estuvo precedida por una horrorosa guerra en 1999,  marcada por una limpieza étnica y destrucción masiva de propiedades pertenecientes a serbios, albaneses, y a los RAE. Durante aquella guerra, la OTAN desplazó a muchas familias RAE, que habían sido amenazadas, a países vecinos para protegerles. Cuando terminó la guerra, algunos de los RAE que volvieron no disponían de hogares a donde ir y, considerados como Personas Internamente Desplazadas (PID), fueron alojados en campos o proyectos de vivienda PID.


Las condiciones de vida de las zonas PID son pésimas. Muchas de ellas están degradadas o carecen de agua corriente, electricidad y servicios municipales como la recogida de basura. Mitrovica, un campo PID del norte de Kosovo, tiene niveles extremos de toxicidad por plomo, causa de serios problemas de salud, particularmente en los niños que viven allí. Plemetina, una comunidad fuera de Pristina, la capital de Kosovo, tiene un proyecto de viviendas PID que está situado al lado “de Kosovo B,” una enorme central eléctrica de carbón que contamina el área circundante con montañas de ceniza de carbón.

Muchos de los RAE que fueron desplazados a países europeos vecinos durante la guerra están siendo ahora obligados a volver a Kosovo. Son enormes los retos que aguardan a esos RAE a la vuelta, porque afrontan una pobreza intensa, la discriminación, el desempleo y las barreras idiomáticas. La ya inadecuada asistencia social de Kosovo no puede ayudarles, por lo que tienen pocas expectativas de llevar una vida próspera. La pobreza y la discriminación afectan el acceso a la educación de los niños de las familias RAE. Muchas familias no pueden proporcionar libros a sus hijos, ni provisiones, ni la ropa necesaria para asistir a la escuela. Otros no pueden permitirse pagar la matrícula de sus niños o carecen del registro de nacimiento necesario para la inscripción. Muchos niños se avergüenzan de asistir a la escuela porque en su casa no tienen ni agua ni electricidad, y les es difícil lavarse regularmente o tener la ropa limpia. Existe también carencia de enfermeras escolares, psicólogos, y especialistas en educación especial para ayudar a los niños con dificultades de aprendizaje o discapacidad física y problemas de salud crónicos.

 


Una gitana llora al ver su casa quemándose durante la guerra

La lengua es un problema adicional. El idioma oficial de las escuelas de Kosovo es el albanés; muchos niños RAE hablan Roma, otros hablan el serbio, y otros que fueron desplazados a países de la Unión Europea durante la guerra crecieron hablando alemán, holandés, francés, u otras lenguas. Aunque el derecho a la educación en la lengua materna del niño sea una ley internacional de las Naciones Unidas (1989), ese derecho no es tenido en cuenta en Kosovo, donde los niños deben aprender albanés para poder seguir la escuela.

La discriminación es quizás el desafío más grande para los RAE de Kosovo y sus niños. Los niños RAE a menudo son tratados injustamente en las escuelas tanto por sus iguales como por sus profesores, y por eso no quieren ir a la escuela, y sus padres tampoco quieren que sus hijos sean sometidos a ese trato. Muchos adultos RAE experimentan discriminación al negárseles el empleo cuando les identifican como gitanos. En Europa del Este, como en muchos otros sitios del mundo, los Gitanos han sufrido históricamente grandes prejuicios. La persecución de los Gitanos proviene de las primeras iglesias cristianas de Europa y se remonta al siglo catorce o antes. Las iglesias temían y malinterpretaban la cultura única de los Gitanos, que siguen hoy siendo tratados como minorías inoportunas en muchos países, incluso Kosovo. Los Gitanos son una gente apasionada y espiritual, cuyas tradiciones culturales, en particular la música y el baile, han proporcionado inspiración artística en todo el mundo. Es triste ver una gran cultura sujeta a prejuicios ignorantes, con la discriminación resultante que les niega a sus niños los derechos humanos básicos.


Refugiados en Kosovo

Estoy agradecida por haber tenido la oportunidad de trabajar con niños RAE en Kosovo y reconocer los desafíos con los que se enfrentan. Aquellos niños mostraban una gran pasión por la vida a pesar de sus circunstancias marginales. Sin embargo, para poder desarrollar todo su potencial, los niños RAE necesitan acceder a la educación con el fin de vencer, con el tiempo, las opresiones que limitan su vida.

Desde una perspectiva Teosófica, es un deber trabajar para aliviar la situación opresiva de los RAE de Kosovo, debido a la pobreza. En La clave de la Teosofía (p. 229) H. P. Blavatsky expone: “El Deber es aquello que se debe a la humanidad, a nuestro prójimo, vecinos, familia, y sobre todo el que debemos a todos los que son más pobres y más indefensos que nosotros.” También dice (p. 230-1) que lo que se le debe a la humanidad a gran escala es “El pleno reconocimiento de igualdad de derechos y privilegios para todos, sin distinción de raza, color, posición social o nacimiento.” Tal deber no se respeta “Cuando existe la más leve invasión del derecho del otro, ya sea un hombre o una nación; cuando no se consigue mostrarle la misma justicia, bondad, consideración o piedad que deseamos para nosotros mismos.”


Niños RAE

Blavatsky también expone en La clave de la Teosofía (p. 230) que el deber es una llamada “a la acción, acción realizada, en lugar de una simple intención y palabras.” Desde mi perspectiva como educadora, la acción más necesaria para ayudar a la situación de los RAE de Kosovo es trabajar para asegurarnos de que sus niños tengan las debidas oportunidades de acceder y completar su educación en un ambiente que les proporcione apoyo, sin discriminación, y que sea sensible a sus necesidades como estudiantes. Los niños son la esperanza del futuro, y los que están en una posición desde la que se pueda ayudar tienen el deber de tratar de garantizar a los niños RAE de Kosovo el derecho a la educación.

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http://www.theosophyforward.com/theosophy/340-our-world.html