Serie Nuestra Unidad

Dorothy Bell–Australia

¿ Qué cree usted que podría hacerse a fin de conseguir un mayor entendimiento entre todas las tradiciones Teosóficas, venciendo los obstáculos aparentemente insuperables que las han dividido durante demasiado tiempo? ¿Cómo se puede, individualmente o en vuestro grupo, contribuir positivamente a este proceso?

Las tradiciones religiosas o espirituales son el producto de su pasado en términos de cambio y continuidad. Cada una tiende a recrearse en las generaciones sucesivas a lo largo del tiempo, conservando y hasta solidificando el modelo original en sus estructuras, creencias y métodos. Los miembros por lo general tienen conexiones kármicas e implicaciones emocionales en la tradición que escogen o en la que nacen.

La Doctrina del Ojo y la Doctrina del Corazón

De un estudiante

Dijo el discípulo: ¡Oh, Maestro!, ¿qué puedo hacer para alcanzar la Sabiduría?

¡Oh, Sabio!, ¿qué hacer para alcanzar la perfección?

Busca los Caminos. Pero, ¡Oh! Lanú, ten el  corazón limpio antes de comenzar tu viaje. Antes de dar el primer paso, aprende a distinguir lo verdadero de lo falso, lo fugaz de lo eterno. Aprende, sobre todo, a separar el conocimiento mental de la sabiduría del Alma, la doctrina "del Ojo" de la doctrina "del Corazón"

De La Voz del Silencio

A un discípulo que busca el conocimiento sobre el camino hacia la sabiduría y la perfección, el maestro le responde con una distinción entre el aprendizaje mental y la sabiduría del Alma e insiste en la importancia de limpiar o purificar el "corazón". Esta distinción, que es clave en la enseñanza del texto sagrado La Voz del Silencio, está expresada en los términos metafóricos de "la doctrina del ojo" y "la doctrina de corazón". Se pueden explicar los dos términos según los distintos niveles del desarrollo humano, desde las opciones más elevadas de un ser iluminado hasta los planteamientos corrientes del aprendizaje y de los deberes de la vida humana.

Liderazgo Teosófico

Introducción:
Jan Nicolaas Kind – Brasil

“El tiempo y el mundo no se detienen. El cambio es ley de vida. Y quienes sólo miran al pasado o el presente, inevitablemente se van a perder el futuro.”
- John F. Kennedy

En 2008 los miembros de la Sociedad Teosófica de Adyar eligieron democráticamente a su presidente Internacional. Resultó ser una elección muy polémica. Hasta hoy, seguimos experimentando las consecuencias de esos momentos desafortunados. No se trata ahora de abrir viejas heridas ni de poner en marcha otra serie de discusiones inútiles, sino todo lo contrario. Pero toda organización que se precie, incluida la ST de Adyar, debería tener el valor de mirar retrospectivamente ciertos eventos y aprender de ellos, para que los errores cometidos puedan evitarse en el futuro.

Nuestra Unidad – Serie

Vicente Hao Chin Hijo – Filipinas

Sobre la Unidad Teosófica

La cuestión de la unidad Teosófica es compleja. Primero hemos de aclarar el tipo de unidad de la que hablamos.

Si se trata de la unidad organizativa - es decir la de combinar todas las organizaciones Teosóficas en una sola - entonces parece algo improbable, al menos en un futuro previsible. El terreno todavía no está bien asentado.

Si se trata de la unidad cooperativa entre las diferentes organizaciones Teosóficas para llevar adelante la misión del movimiento Teosófico, entonces eso sí que es algo definitivamente posible además de deseable.

Seguidamente expondremos algunas ideas sobre tal esfuerzo:

1.    En primer lugar, tenemos que declarar lo obvio: los principios subyacentes de esta cooperación deberían ser los objetivos del movimiento Teosófico tal como fueron propuestos por los fundadores, incluidos  los Mahatmas en sus cartas. Los elementos necesarios de estos objetivos no son demasiado difíciles de definir, aunque haya algunas zonas grises. Los tres objetivos de la ST, la vida espiritual, la construcción del carácter, la filantropía Teosófica y  la popularización de la teosofía (ejemplo de una zona gris) son ejemplos de base para esta visión y trabajo unificados.

2.    Debido a la existencia de zonas grises, esta unidad cooperativa tiene que acentuar las facetas positivas o unificadoras en lo que se refiere a la popularización de la Teosofía, en vez de buscar las fricciones de los puntos de desacuerdo. Las Conferencias Teosóficas Internacionales son ejemplos de estos esfuerzos en los que reforzamos las áreas de unidad, en lugar de discutir sobre las diferencias.

3.    Pero las áreas básicas del desacuerdo no pueden evitarse, y no podemos permanecer ciegos ante ellas como si no existieran porque seguirán apareciendo cuando nos esforcemos por popularizar la Teosofía. ¿Cómo podríamos arreglarlo?

El mundo Teosófico está firmemente basado en la libertad genuina de pensamiento, investigación y creencia. Pero al mismo tiempo, es mejor que nos aproximemos a un consenso sobre qué es lo que llamamos Teosofía y que queremos popularizar. (Hablo aquí de la teosofía para el público en general.)

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Dara Eklund - EE. UU

Nos acercamos al Objetivo.

Es natural que los Teosófos se dediquen a explorar el alma en unos momentos en que parece que tantos elementos divisorios siguen actuando en la sociedad. Defendiendo el ideal de que "La fraternidad es un Hecho de la Naturaleza,” parece que la humanidad en general todavía no haya reconocido este Hecho. Aunque se hable de lealtad a "La unidad en la Diversidad,” los elementos diversos no se han integrado todavía en una perspectiva equilibrada y mucho menos en una unidad. Observamos en el precepto Taoísta antiguo que "El Gran Camino es muy simple, pero a la gente le gustan los caminitos”. También la filosofía china nos ha mostrado que para tener armonía en el mundo debemos tener primero armonía en el individuo, la familia y la nación. La armonía comienza, pues, con nosotros, en el corazón y en la vida cotidiana, dominando las tendencias negativas que nos han separado de nuestro Ser Verdadero.

Como escribió Alice Cary en su poema "Nobility":

"El valor verdadero está en Ser, no en parecer - en hacer, cada día que pasa, algún cosa buena - no en soñar con hacer grandes cosas con el tiempo … no hay nada tan grande como la bondad, ni nada tan regio como la verdad." Influimos en toda la humanidad con estos simples comienzos.

Nuestra Unidad - Serie

Betty Bland - EE. UU

La Unidad entre los Teósofos

Una de mis recetas favoritas aunque decadentes procede de la familia de mi madre; es la del pastel tradicional sureño de la libra. La receta se inventó probablemente cuando las recetas no eran tan sofisticadas como hoy en día, y por esto los ingredientes eran muy simples: una libra de huevos y una libra de mantequilla, de azúcar y de harina. Con los años, la receta se ha ido ajustando y retocando, pero las proporciones siguen siendo las mismas. Ahora bien, este es un caso en el que el todo es definitivamente mejor que las partes. Cada ingrediente depende de su apropiada mezcla con los demás y si falta alguno de ellos, el resultado es un desastre.


Pastel Sureño de la libra

Como Teósofos comprometidos con un objetivo fundamental de fraternidad, somos similares a ese pastel. A través de desacuerdos y desencuentros desafortunados nos hemos ido convirtiendo en ingredientes diferentes pero esenciales para el pastel Teosófico. Si cualquiera de nuestros grupos, comprometidos con la visión teosófica del mundo tal como la promulgó Madame Blavatsky, rechaza al resto, también está estropeando el resultado de nuestro producto final – la elevación de la humanidad, con su consiguiente liberación de la superstición religiosa y del materialismo científico, para poder crecer en paz y armonía.

Nuestra Unidad – Serie

Jacques Mahnich – Francia

Hacia adelante.

Desde su creación, la historia del movimiento Teosófico moderno parece un registro interminable de cismas, conflictos humanos y divergencias de ideas y acciones. Para proponer de una manera realista algunas ideas e iniciativas que sirvan para una reconciliación, con el proyecto de avanzar como una corriente unida (reunida) de pensamientos y acciones, debemos valorar del todo las causas primordiales de estas desviaciones de los objetivos iniciales de la Sociedad Teosófica  y de las intenciones de sus fundadores. Un denominador común, existente muchas veces en la mayoría de los movimientos espirituales, parece ser este comportamiento egoísta eterno de gente totalmente convencida de saber encontrar la Verdad mejor que los demás, incluyendo a los fundadores del movimiento, y por lo tanto rechazan cualquier otra opinión.

A través de las iniciativas individuales y colectivas, parece que el siglo veintiuno ha desencadenado una "renovación" teosófica donde los estudiantes se alejan de la cristalización de organizaciones existentes con el fin de volver a los objetivos originales de la Sabiduría Divina. Parece que la historia se repite cuando lo comparamos con algunos movimientos religiosos como, por ejemplo, el de los cristianos que han vuelto al mensaje original de los Evangelios. Y esto nos da esperanzas de contar con nueva energía y con una unidad en la diversidad.

Editorial

Jan Nicolaas Kind - Brasil

Hace muchas lunas, debió ser en el verano de 1968, cuando todavía vivía en Amsterdam, que, por primera vez en mi vida, me dijeron que existía algo llamado Teosofía. El hombre que tuvo la bondad de abrirme esa puerta era un famoso músico judío de edad avanzada que había sobrevivido milagrosamente a los horrores de la Segunda Guerra Mundial. Me fascinaba oirle hablar de las leyes de causa y efecto, del karma, de la reencarnación, de los mundos visibles e invisibles, de la tolerancia y la compasión, de la libertad de pensamiento y de cómo la música crea unas energías que influyen en la mente de la gente y en su entorno.

Recuerdo vivamente aquellos paseos por el parque de la capital de Los Países Bajos. En cuanto nos sentábamos en un banco, empezaba a hablarme de su larga e interesante vida como violinista y director de orquesta, de los artistas y compositores que había conocido, de sus años en París, de los amores de su vida y...  de la Teosofía.

Entonces, en los coloridos y alegres años sesenta, yo tenía la cabeza llena de Jim Morrison, Jimi Hendrix, y de Iron Butterfly. Estaba seguro de que iba a cambiar el mundo. Bob Dylan era mi héroe, la guerra en Vietnam era horrible, Woodstock todavía se estaba fraguando, y por la noche me sentaba con otros estudiantes amigos míos, tratando de entender lo que Jean Paul Sartre quiso decir cuando escribió que los humanos están condenados a ser libres. Además de todo esto, ese señor mayor me hablaba de la Teosofía.