Karma como un hábito de la naturaleza
Boris de Zirkoff - EE. UU
TEOSOFÍA
Una filosofía viva para la humanidad
Tomo XXXVII
Núm. 3 (165) - invierno 1980-1981
[Fotografía de la portada: Klingenstock visto de Stoos (Schwyz), Suiza.]
El karma humano nace dentro del propio hombre, somos sus creadores y generadores, y sufrimos por ello u obtenemos clarificación a través de ello a través de nuestra propia acción anterior. ¿Pero cuál es este hábito en sí mismo... este empedernido hábito primordial de la naturaleza que lo hace reaccionar a una causa que lo despierta? ¿Cuál es este hábito en sí mismo?
En todas estas cosas, la llave a un entendimiento de las Enseñanzas es la analogía. Recuerde que en cualquier parte de la Naturaleza hay un concatenación o cadena de causas de modo que cada plano refleja cada uno de los otros planos; de tal forma que lo pequeño es una parte de lo grande y lo grande, en esencia, no hace más que manifestar como una réplica lo que lo pequeño manifiesta en su propio plano.