Unos pensamientos: ideas, acción e influencias

David Grossman - EE. UU


El autor

Se ha dicho que “Las filosofías no hacen nada, es la gente la que cuenta”. Sin embargo puede que esto no sea completamente cierto si tomamos en consideración la afirmación atribuida a Platón de que “Las ideas gobiernan el mundo”. Así pues, exponer ideas es realmente hacer algo. Ese fue el trabajo de H.P.B. Una vez dijo que le fastidiaba escribir. Y que era un fastidio muy grande. Desde Platón nadie había ofrecido una expresión completa de lo que solemos llamar “La Antigua Sabiduría Tradición” o “La Filosofía Perenne” que tiene en consideración los aspectos Espiritual, Psíquico (o intelectual) y Físico de la vida además de la ciencia, la filosofía y la religión y muestra cómo todo eso “está entrelazado y entremezclado en todos los puntos”. ¿De dónde procede este conocimiento? H. P. B. dice que un linaje ininterrumpido de grandes maestros de la humanidad. Siempre han estado en la escena. Se refiere a ellos como a los Adeptos teosóficos y dice que le encargaron, por así decirlo, volver a presentar los principios fundamentales y las enseñanzas en esta época de transición.

Un tema importante

Boris de Zirkoff –  EE. UU

Tomo XVI

Núm. 4 (82) - primavera 1960
[Fotografía original de la portada: el Dr. Henry Travers Edge, 1867-1946]

Hay un tema  relacionado con el mundo de hoy que debería tener una importancia primordial para el estudiante de Teosofía. Debería debatirse extensamente en las reuniones teosóficas así como en las publicaciones de las revistas teosóficas. Por alguna razón u otra, sin embargo, raramente se habla de él y, cuando se hace, recibe escasa atención, mientras que en algunos lugares se ignora de forma evidente, y si es posible, se silencia.

El tema está relacionado con el desagradable hecho de que la era de los fantásticos logros científicos en el ámbito material, del enorme crecimiento del bienestar económico en algunos países, y del “nivel de vida” más alto jamás conocido, para usar una expresión popular, coincide con la mayor debacle de las normas éticas, con el egoísmo más enraizado y con la corrupción más generalizada de un extremo a otro del planeta. ¿Cómo se explica esto?

Por supuesto, no es posible hallar una explicación fácil, pero hay otros hechos colaterales en esta situación determinada que pueden ayudar a explicarla.

¡Lo que la señora Blavatsky llevó a cabo en sólo 4 años!!

Daniel Caldwell - EE. UU


Helena Petrovna Blavatsky

Es realmente asombroso lo que la señora Blavatsky llevó a cabo en sólo 4 años.

Vino a Londres desde Bélgica a principios de mayo de 1887 y murió 4 años más tarde a principios de mayo de 1891.

Sin embargo, en esos 48 meses consiguió hacer muchísimo trabajo.

48 meses.... realmente no es mucho tiempo.... si lo piensas.

Vino a Inglaterra con su manuscrito de casi un metro de espesor de  La Doctrina Secreta para vivir con un grupo muy pequeño de estudiantes (los dos Keightleys y otros.)

Estos estudiantes se convirtieron en sus primeros ayudantes y colaboradores en Inglaterra.


Lo que la señora Blavatsky llevó a cabo en sólo 4 años.

HPB parecía un imán y a medida que pasaban los meses cada vez atraía a más gente....... estudiantes y ayudantes potenciales. Algunos, por supuesto, se quedaron por el camino, pero en esos 48 meses fue capaz de atraer a su alrededor un grupo fiel y dedicado de personas que intentaron continuar su obra después de su muerte.

Con la ayuda de toda esa gente (muchos de ellos en la foto de 1891 en Londres encima), pudo no sólo terminar los dos primeros volúmenes de LA DOCTRINA SECRETA, sino también  fundar LUCIFER y escribir múltiples artículos para esa revista.

El valor del compromiso

Joy Mills - EE.UU


Joy Mills

La costumbre y el hábito nos pueden llevar a modelos de pensamiento y acción que, por su misma repetición, parecen carecer de frescura y espontaneidad. Precisamente porque la filosofía teosófica nos presenta una visión panorámica de la vida, con ideas maravillosas cuya grandeza hace insignificantes nuestras pequeñas preocupaciones normales, a menudo nos podemos sentir tentados a retirarnos en la seguridad de una cueva filosófica de  especulaciones en vez de afrontar las realidades de la existencia, en términos de un compromiso positivo con la acción. ¿Hasta qué punto nos podemos comprometer? ¿Hay alguna forma de poder actuar tan espontáneamente que la acción, que surge por un compromiso interno con los principios, responda a la necesidad del momento con la frescura apropiada a esa necesidad? Seguramente se trata de unas preguntas que exigen una seria reflexión por parte del servidor teosófico. Como miembros y amigos de la Sociedad Teosófica tenemos el reto de comprometernos en un diálogo con el mundo, pero para que tal diálogo sea eficaz debemos investigar la naturaleza de nuestro propio compromiso.

La amorosa bondad en la práctica

Einar Adalsteinsson – Islandia

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Einar Adalsteinsson

La amorosa bondad no está implícita en las lecturas que hacemos sobre ella; es más bien un acto de comunión, una comunicación mutua. Por eso tengo que pedirte tu ayuda, querido lector. Puedes desechar todo lo que digo, pero antes deja que las palabras y las ideas caigan en tu mente como una lluvia fina o pasen por tu conciencia como la brisa suave en el trigal. Deja que “la calma de la naturaleza” impere en los reinos internos, a los que no afectan ni mis palabras ni mis ideas. Conviértelo en una meditación.

La amorosa bondad es un estado de ánimo, pero de ningún modo permanente o  invariable. Es una nueva corriente poderosa y fresca. Podemos sentir esa corriente dentro de nosotros cuando tenemos la actitud adecuada, alegre y pura, y cuando todo está bien. Se trata, por lo tanto, más de una ausencia de  lucha interna y externa, que no de algo que se deba adquirir. Realmente siempre está allí.

La amorosa bondad no solamente está presente dentro de cada uno de nosotros, sino que se halla en todas partes. Es lo que mantiene al universo unido. Y es lo que tenemos que manifestar en la práctica. Pero parece que hay algo en nuestra psique, algo personal, que cubre pesadamente ese estado íntimo y natural de amorosa bondad.

¡Los Elefantes están Aquí!

Jan Nicolaas Kind – Brasil

RENOVACIÓN DE LA SEDE CENTRAL DE LA SOCIEDAD TEOSÓFICA


Los elefantes

Es para mí un verdadero placer compartir también con vosotros el hecho de que exista una nueva página web dedicada únicamente a la renovación de los edificios históricos de la sede central de la Sociedad Teosófica de Adyar; la página web se llama “The Elephants.”

¿Por qué “The Elephants?”

Como símbolo de fuerza, el elefante nos inspira a ser fuertes y pacientes al mismo tiempo; confía en el pensamiento consciente y en la paciencia para satisfacer todas sus necesidades.

El elefante es elogiado por su tamaño, longevidad, facultades mentales, espíritu cooperativo y lealtad.

El principio, no la persona

John Algeo - los EE. UU

La teosofía no es sólo una colección de abstracciones intelectuales. Es una receta para la vida. Cada idea Teosófica implica una forma de acción Teosófica. Si pensamos en algunos de los conceptos Teosóficos básicos, sus aplicaciones prácticas son obvias.

Por ejemplo, si aceptamos la reencarnación, no deberíamos tener prejuicios sobre otras culturas o naciones o el otro sexo, porque en el pasado hemos nacido en otras culturas y naciones y en el sexo contrario, y volveremos a hacerlo en el futuro. Del mismo modo, si aceptamos el karma, nunca deberíamos dañar conscientemente a otro, porque cada acción que hacemos vuelve a nosotros de forma similar. Por supuesto, tener la mente abierta y practicar la no violencia son cosas que promueven los sistemas éticos de todo el mundo, pero la Teosofía nos da una base razonada para practicar esas virtudes.

Además de tales conexiones obvias entre ideas y acciones, también existen otras más sutiles. La distinción Teosófica entre nuestra individualidad y nuestra personalidad implica que deberíamos respondernos a nosotros mismos y a los demás como individuos espirituales, no como personas materiales. Como personas materiales, todos cometemos errores. Pero enfocarse en los errores personales – propios o ajenos - no los corrige, sino que intensifica su energía y su nocividad potencial. En cambio, cuando reconocemos los errores personales – en nosotros o en los demás - nuestra respuesta debería ser positiva, enfocándonos en el principio espiritual que contrarresta el defecto material.

H.P.B. Mensajero de luz

Ianthe Hoskins – Inglaterra


La autora y Colin Price

Poco se puede añadir a las conferencias conmemorativas, artículos biográficos y tributos literarios que han contribuido a honrar el Centenario de la muerte de Helena Petrovna Blavatsky, Co-Fundadora de La Sociedad Teosófica. Pero si no queremos que la ocasión pase a la corriente de la historia Teosófica sin tener ningún  efecto en el presente, hemos de liberar de la evaluación del pasado el dinamismo latente de su tema central – una vida terminada y un trabajo iniciado.

Un trabajo iniciado que ha de continuar, tal como tenían en mente uno tras otro todos sus amigos y compañeros de los últimos años, mientras escribían sus tributos personales a la maestra cuya presencia física había desaparecido de su lado.

Nuestro deber está claro. Debemos continuar el trabajo que H.P.B tan noblemente comenzó.