Radha Burnier sobre Annie Besant

 

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Radha Burnier (de soltera Radha Sri Ram) (15 de noviembre de 1923 - 31 de octubre de 2013)

Esta maravillosa foto fue tomada el 22 de enero de 2013 © Richard Dvořák

India recuerda a Annie Besant como la fogosa inglesa, oradora por excelencia, teósofa y defensora de la autonomía, que se estableció en la India en 1893 hasta su muerte en 1933. No muchos en la India conocen el período anterior al de la India en la vida de Annie Besant, ni su larga asociación y adhesión al socialismo, el ateísmo y a los derechos de las mujeres y los trabajadores; su coraje y fortaleza intelectual frente a la oposición de la sociedad victoriana; y las cualidades de liderazgo que mostró en lo que era un mundo de hombres.

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Annie Besant

Radha Burnier fue la séptima presidenta internacional de la Sociedad Teosófica de Adyar, Chennai. Sus padres eran miembros activos de la Sociedad Teosófica y ella desarrolló un interés temprano por la Teosofía que, según ella, "es una visión universal, no condicionada por la raza u origen étnico, que en general aboga por una visión muy considerada y compasiva de todo tipo de vida, planta o animal. "

Obtuvo su título universitario en literatura sánscrita, literatura inglesa e historia de la India en la Universidad Hindú de Benarés. Fue directora de la Biblioteca y Centro de Investigación de Adyar y Secretaria General de la sección india de la Sociedad Teosófica durante varios años.

La siguiente entrevista tuvo lugar durante las celebraciones del 150 aniversario del nacimiento de Annie Besant el 1 de octubre de 1997. En esa ocasión, Radha Burnier habló con Parvathi Menon sobre Annie Besant y su vida. Extractos de la entrevista:

¿Cuáles son sus recuerdos de Annie Besant?

No puedo decir que conociera a Annie Besant aunque la he visto. Solo tenía diez años cuando ella murió. Pero por ser una persona tan especial, tengo un recuerdo muy vívido de ella. La recuerdo cuando era una anciana, aquí bajo este techo, cuando la gente venía a saludarla por su cumpleaños. Solía ​​celebrar fiestas del té bajo el gran árbol Banyan. En ese momento el árbol era mucho más pequeño y floreciente y no estaba vallado. A veces, se reunían allí más de cien personas. Ella paseaba arriba y abajo y hablaba con la gente. Cuando murió, ¡cómo corrió la noticia! Fue incinerada aquí en lo que se conoce como el Jardín del Recuerdo.

Mi padre, el Sr. N. Sri Ram, trabajó mucho con ella. Fue uno de los editores asistentes principales de su famoso periódico New India. Fue una gran fuerza para el gobierno autónomo y la independencia de la India. También tenía un semanario llamado Common Weal. Como ella estaba ocupada con tantas cosas diferentes, mi padre solía hacer gran parte del trabajo en la oficina.

Este es el 50 aniversario de la Independencia de la India y el 150 aniversario del nacimiento de Annie Besant. ¿Cuál diría que fue su visión de la India y su contribución política al movimiento por la libertad?

Permítame comenzar por el lado político. Su papel en todo el movimiento independentista comenzó muy temprano con la fundación de la Home Rule League. Como dijo el propio Gandhiji, hizo de la autonomía un término familiar en la India. Fue una gran organizadora y organizó la Home Rule League en todos los pueblos pequeños y en los más grandes. Los teósofos la ayudaron mucho en esto.

Pero para ella, la política era solo la base de un florecimiento espiritual y cultural que debía tener lugar en la India. Fue elegida Presidenta del Congreso en 1917, pero discrepaba con los líderes, particularmente con Gandhiji, sobre la cuestión de la falta de cooperación porque dijo que no importaría que la libertad llegara unos años después, pero que importaría muchísimo que la gente empezara a incumplir y desobedecer las leyes. Hacerles respetar la ley de nuevo sería muy, muy difícil. Y hoy vemos la sabiduría de lo que dijo, ya que vemos cómo prevalece una forma anárquica de hacer las cosas, con muchas exigencias de todo tipo. Por supuesto, Gandhiji tampoco quería la violencia, pero Annie Besant le decía que él era capaz de oponerse a algo de manera pacífica y sin violencia, pero era imposible esperar que grandes masas de gente hicieran lo mismo. Presentó una fuerte oposición y perdió su popularidad. Creo que era una idea adelantada para su tiempo.

Lo segundo que dijo fue que el pueblo indio, que había estado sometido por extranjeros durante tanto tiempo, debía ser educado en el proceso democrático. No estaba de acuerdo con la introducción del sufragio universal de repente y pensaba que las personas debían aprender a entender qué es lo que votaban. Con la ayuda de algunos indios eminentes como Sir Tej Bahadur Sapru, redactó el proyecto de ley de la Commonwealth of India. Una de las cosas fundamentales de ese proyecto de ley era un sistema de sufragio escalonado, es decir, la persona absolutamente no calificada ejercería la responsabilidad y votaría a nivel de aldea, pero no quedaría excluido para siempre. Si adquiría unas calificaciones específicas, cada persona podría  trabajar y asumir más responsabilidades, es decir, presentarse a elecciones en los niveles superiores, desde el nivel de distrito al nivel estatal y luego al nivel nacional.

Así que había recorrido un largo camino desde que era una socialista radical que implicarse en el movimiento por el sufragio femenino de Gran Bretaña.

Eso fue en Inglaterra. Aquí tampoco hizo ninguna diferencia entre hombres y mujeres. Era una cuestión de calificaciones y descalificaciones. Cuanto mayor era el nivel de responsabilidad, más estrictas habrían sido las calificaciones. Ella previó que llegaría el momento en el que todos los ciudadanos indios votarían. Pero decía: “Preparaos para ello”. El Congreso no estuvo de acuerdo.

Annie Besant tenía muchos años de experiencia política y estudiaba mucho. No se limitaba a hablar. Se benefició de la orientación de grandes figuras de la política inglesa, de liberales como Charles Bradlaugh.

Otro punto importante de lo que decía era que los jóvenes, los estudiantes de las universidades, etc., deben estar preparados para la vida nacional y no solo verse arrastrados a ella. Aquí en Madrás, la Asociación de Jóvenes Indios y el Gokhale Hall fueron creaciones suyas. Tenían un parlamento fingido y en él se entrenaba a los jóvenes a debatir y a estudiar de qué tenían que hablar, a aprender comportamientos y procedimientos parlamentarios y, cuando había puntos de vista opuestos, a resolver la cuestión de forma democrática. Creía en la formación de los jóvenes. Eso tampoco progresó. En general, creo que se adelantó a su tiempo. 

Annie Besant hacía hincapié en la educación para la formación del carácter. Quería que los niños y las niñas aprendieran lo correcto o incorrecto de sus acciones, que llegaran a ser responsables y moralmente conscientes. Fue una especie de lema que ella acuñó: la prosperidad de una nación depende del carácter de la gente.

A nivel espiritual ha escrito y hablado mucho. Creía que las personas realizadas espiritualmente apuntan a la misma verdad. Una y otra vez enfatizó el hecho de que el sentido de unidad, armonía y amor es la esencia de la religión. Vivir espiritualmente en la vida cotidiana era parte de su forma de ver las cosas.

Annie Besant tuvo una vida muy interesante y llena de acontecimientos, y cada fase era muy distinta a la anterior. De ser cristiana pasó al materialismo, se convirtió en atea y socialista radical, y se lanzó a las principales campañas políticas de la época: acciones de la clase trabajadora, causas feministas y contra la política colonial británica. Luego conoció a Madame Blavatsky, se hizo teósofa y llegó a la India a fines del siglo pasado, donde su radicalismo político se suavizó con los años hasta que incluso se opuso a la agenda política algo moderada de Gandhiji de no cooperación no violenta. ¿Cómo evalúa usted la primera fase de su vida y cómo contribuyó a que llegara a ser la persona tan diferente que era al final?

Creo que el secreto estriba en que, sobre todo, era una persona que sabía amar. Amar sin pedir nada a cambio, ni recompensa, ni fama, nada. Eso fue una constante en todas las fases de su vida. Recuerdo que el Sr. J. Krishnamurti me dijo: "No tienes ni idea de cuál era su capacidad para amar".

Cuando era joven, se casó con un sacerdote. La religión cristiana no podía responder a su pregunta: "¿Por qué un Dios de amor permitiría que un bebé sufriera?" (Eso fue después de que sus dos hijos pasaran por un período largo, y para ella, angustioso, de mala salud.) La única respuesta era: "No es cosa tuya hacer preguntas. Debes creer y tener fe". Luego, como ella también era muy inquieta intelectualmente, comenzó a examinar los evangelios. No podía vivir una mentira ni podía aceptar la existencia de un Dios que castigara arbitrariamente a algunas personas. Estas preguntas metafísicas no se las respondía lo que había leído sobre el cristianismo. Y se hizo atea.

Pero seguía teniendo ese amor en su interior. Veía la vida de los pobres del East End, que ha descrito en su autobiografía. Veía la desigualdad a su alrededor. Por este sentimiento de amor se hizo socialista porque los socialistas decían que hay que alterar el sistema económico, lo cual no se puede hacer sin tener una base política sólida, para lograr la justicia e igualdad. Pero al final, aquello tampoco la satisfacía. Fue entonces cuando leyó La Doctrina Secreta de Madame Blavatsky, que le proporcionó una visión filosófica mucho más profunda de la vida y cambió su visión de ella. Y cuando llegó a la India, ya no era atea.

¿Entonces su radicalismo dio paso a la Teosofía y al espiritualismo?

Bernard Shaw ha escrito muy bien sobre ella. No era alguien de medias tintas; todo cuanto hacía lo hacía con energía y con todo su corazón. Cuando comenzó a sentir que debía trabajar por la independencia de la India, fue radical, no en el sentido actual, porque todavía pensaba en una comunidad de naciones del mundo. No hablaba de separarse por completo de Gran Bretaña, pero no aceptaba que Gran Bretaña concediera algún tipo de autonomía a la India. El Congreso en ese momento temía exigir una libertad total, pero ella no. No hay que olvidar que era una mujer británica que se había enfrentado a la desaprobación pública, al maltrato, a la calumnia, a todo. No tenía, pues, miedo a los británicos, a quienes hacía avergonzarse, aunque ella era muy consciente de ello y lo aprovechó al máximo. Pero incluso siendo radical, creía en utilizar métodos legales y constitucionales, no del todo comparables con Satyagraha.

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http://www.theosophyforward.com/articles/theosophy/2957-editorial