Janet Lee - Reino Unido
"¡La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores!” Julius Caesar (1.2, líneas 140-141)
La obra romana de Shakespeare trata de la igualdad, del equilibrio político y de la fraternidad, así como de los profundos problemas y conflictos que surgen cuando algunos afirman tener una superioridad moral y verdadera sobre otros y ¡cuando cada uno afirma ser bueno y sin tacha! A la inversa, H.P.B. nos aparece como una mujer que se comprendía muy bien a sí misma y que era especialmente consciente de sus propias debilidades y defectos, de modo que, a su manera, era una persona muy integrada, y ahí es donde estriba su fuerza y autoridad. Era ella misma de forma única y auténtica y conocía sus propias imperfecciones. Como es arriba, es abajo: como es dentro, es fuera. Como teósofos, no podemos esperar estar unidos entre nosotros, como una fraternidad universal, si no somos capaces de encontrar cada uno de nosotros esa unidad interna en nuestro interior.
Una personalidad integrada, la unidad dentro de nosotros, significa afrontar nuestros propios errores y defectos y, si fuera provechoso, reconocerlos en público para mover las cosas, para que todos podamos ir más allá. No siempre tengo razón y tengo que ser totalmente consciente cuando estoy equivocado. Es importante reconocer cuando me comporto mal (aunque me esfuerce por hacerlo mejor en el futuro) o cuando contribuyo a la controversia y al conflicto, por más que lo considere necesario para avanzar. Como psicoterapeuta, aconsejo el psicoanálisis para cruzar el umbral y enfrentarnos a nuestro yo oscuro: hacerlo es le clave de toda buena salud emocional, espiritual y psíquica. “Conócete a ti mismo” (y anima a los demás a hacer lo mismo).
Toda unidad, del tipo que sea, debe comenzar necesariamente dentro de cada uno de nosotros. El anhelo de unidad comienza en el corazón, parte de la ansiedad y el pánico de la separación del todo, de la pertenencia a la madre que nos abrazaba y a la familia que nos envolvía. Las desintegraciones causadas por la separación - dentro de nosotros, más extensamente dentro del movimiento Teosófico, y dentro de la sociedad - sólo se pueden curar si no encubrimos aquellas desintegraciones con arrogancia, sino que, por el contrario, las examinamos y las reconocemos como nuestras sombras.
Finalmente, para escribir este texto, se me ocurrió la idea de pedir a todos mis amigos teósofos que contribuyeran con una frase o una cita en un collage donde el conjunto demostrara nuestra unidad. Pero acabé pidiéndoselo solamente a mi amigo Edward Archer, que me recordó este poema:
El creerse en posesión de la verdad puede ser muy satisfactorio,
Pero deja llorando al “Esplendor Encarcelado”. *
El sabiondo" puede sentirse muy bien
¡Lamentablemente, ¡es la ruta hacia el infierno!
Son humildes aspirantes lo que los Maestros necesitan,
No los que se aferran a un rígido credo.
Sabéis, la Verdad es mucho más grande que todos nosotros
¡Y, divididos mientras la buscamos, ¡vamos cayendo!
Que el mantra actúe, el mantra que queremos acentuar:
“La uni-cidad es similar a la Divi-nidad”.
* del poema "Paracelso" de Robert Browning, también citado en Las Preguntas que Todos hacemos, de G. de Purucker (1931). Tanto el poema como la conferencia son muy interesantes y se pueden encontrar en estos links: http://www.theosociety.org/pasadena/qwaa/qwaa2-31.htm
Link to Eglish verrsion:
http://www.theosophyforward.com/theosophy/our-unity-series/1325-our-unity-series-our-theosophical-unity