Navin B. Shah – Kenya
El lema de la Rama de Nairobi, de la Sociedad Teosófica en África Oriental y Central, prominentemente expuesto en su sala de reuniones, dice: “Vive una vida ejemplar basada en los valores Teosóficos.”
Bajo el emblema de la Sociedad Teosófica figura la siguiente inscripción: ‘No hay Religión más Elevada que la Verdad’. Todas nuestras acciones deberían basarse en valores éticos en los que la Verdad fuera el objetivo más elevado. La honestidad, la integridad, el compromiso y la dedicación al trabajo son las señas de identidad del verdadero teósofo. La Teosofía, aunque no sea una religión, abraza todas las religiones. La señora Blavatsky claramente declaró que la Teosofía no es una religión; es la religión misma, es decir, la esencia de todas las religiones. Si el primer objeto de la Sociedad Teosófica, basado en la fraternidad universal, se practica realmente, tiene la capacidad de construir un mundo justo, libre de todas las limitaciones de las diferencias externas.
El siglo veinte revolucionó el modo de vivir de la humanidad desde hacía siglos. Las invenciones modernas del automóvil, el avión, la radio, el teléfono, el ordenador, y muchas otras innovaciones tecnológicas, sociales y políticas, han cambiado nuestras vidas drásticamente. Hoy en día damos por hecho tener todas estas cosas, pero realmente han reducido el mundo convirtiéndolo en un pueblo globalizado. ¿Dónde interviene la Teosofía, qué Annie Besant llamó la Sabiduría Antigua, en todos estos progresos modernos? La Teosofía lo abarca todo; y nosotros, como teósofos, tenemos el deber de ayudar a convertir aparatos materialistas en herramientas útiles para promover la paz en el mundo y llevar la prosperidad a todos.
Los teósofos tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para explicar el plan divino al mundo de modo que la gente no se sumerja en el materialismo, a expensas del verdadero objetivo de nuestra vida en este universo. La Teosofía tiene que oírse en todo el mundo; no puede rehuir la adopción de los medios de comunicación modernos, sobre todo de la televisión, para promocionar el mensaje de la Sabiduría Antigua. Como dijo Robert Ellwood en su conferencia de la convención de Adyar en 1999: “Debido en parte a nuestro impacto inicial, hay ahora muchos lugares adecuados para la clase de enseñanza que ofrecemos sobre la unidad, la interpenetración cósmica de la materia y la conciencia, o la evolución cíclica de todos los seres.”
El refrán hindú Vasudeva kutumbakam (“el mundo entero es mi familia”) nos enseña a tratar al prójimo como a nuestros hermanos o familiares. No hay lugar en este mundo para el egoísmo, la codiciosa acumulación de riqueza materialista transitoria, u otras acciones divisorias. El Noble Óctuple sendero de Buda establece ocho pasos para guiar la vida humana. Son: el Conocimiento Adecuado, la base para el Pensamiento Adecuado, que conduce al Discurso Adecuado y a la Actividad Adecuada, incluyendo los Medios Adecuados de subsistencia y el Esfuerzo Adecuado, que producen una Memoria Adecuada y el logro más alto de la Concentración Adecuada. Si practicamos la Teosofía en nuestra vida diaria, puede convertirse en una fuerza viva tremenda en nuestro mundo, ya que comenzamos a verlo todo desde un punto de vista objetivo, más que subjetivo.
El diálogo interreligioso reciente, igual que la Teosofía, estudia todas las religiones y filosofías, y nos lleva a la tolerancia, al entendimiento, al respeto, y a una realización de que somos parte de una sociedad pluralista. La Teosofía cree en la libertad de pensamiento. Comparte el principio de la religión Jain de Anekanta-vada, según el cual el punto de vista de todo el mundo es correcto y, por lo tanto, no debería imponerse a nadie ningún punto de vista. Dan el ejemplo del elefante y los ocho hombres ciegos – ¡que tienen razón todos al describir la parte del elefante que consideran como el mismo elefante!
Los matrimonios entre castas, entre tribus, entre etnias y entre religiones son cada vez más comunes en todas las partes del mundo, a consecuencia de la educación y de los movimientos de la gente en lo que es ahora un pueblo globalizado. La Teosofía ha proclamado este principio de hermandad universal sin distinciones de ningún tipo. La Teosofía ha ido incluso más allá, al afirmar que toda la vida es una, sea en minerales, plantas, animales o seres humanos. Así, como teósofos, estamos llamados a respetar a estos hermanos pequeños que tenemos los seres humanos. Es esta sensibilidad la que, cultivada, puede llegar a ser una fuerza viva en nuestro mundo. Evitaremos entonces todos los desastres de la guerra y la opresión y explotación de los más débiles, cometidos por el ser humano.
Volviendo a citar a Robert Ellwood: “Si el amor significa algo, significa aceptar a los demás con sus diferencias y similitudes respecto a uno mismo, y desear enriquecernos mutuamente explorando y apreciando esas diferencias.” Cada pequeño paso dado por un teósofo, recorrerá un largo camino en hacer de la Teosofía una fuerza viva en nuestro mundo. La Sociedad Teosófica es el vehículo de este cambio.
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http://www.theosophyforward.com/index.php/the-society/324-living-theosophy-how-can-we-make-theosophy-a-living-force-in-our-world.html