Unidad en la Compasión

Jan Nicolaas Kind – Brasil

Desde que apareció Theosophy Forward en Internet hace ya tres años,  su llamada a la unidad ha sido evidente. Cuando comenzó, en marzo de 2009, era una necesidad urgente tener una percepción distinta y más positiva  de los asuntos Teosóficos ya que la organización de Adyar afrontaba grandes desafíos en esos momentos. La ST de Adyar, como muchas otras organizaciones Teosóficas o espirituales, sigue haciendo frente a toda una serie de desafíos y confiamos en que la función principal de Theosophy Forward haya sido la de hacernos cada vez más conscientes de que necesitamos una plataforma común donde poder reunirnos todos.


Mandala de Compasión

La presentación de H.P. Blavatsky de la Teosofía y nuestro conocimiento de ella son el terreno para reunirnos. Aunque puede haber diferencias en nuestra expresión de la Teosofía, estas diferencias no deberían separarnos jamás, sino que deberían motivarnos para saber escuchar, dejando de lado prejuicios obsoletos.


Tenemos, pues, varias opciones. Los teósofos de distintas tradiciones pueden decidir vivir juntos como verdaderos seres humanos o pueden distanciarse como si fueran grupos de inútiles competidores, en cuyo caso la falta de cooperación acabará por dar paso a la inexistencia. En este aspecto, nos vemos enfrentados diariamente a unos obstáculos casi insuperables. Pero, siendo realistas, ¿podemos acaso optar por otra cosa que no sea asumir estos obstáculos?

Hemos visto que hay actos y actividades que nos dividen. La naturaleza variable de nuestras actividades crea la división y nos mantiene separados y alienados los unos de los otros. Si queremos conseguir alguna vez la unidad - es decir la unidad en la compasión - tenemos que comprender la enseñanza de la filosofía oculta según la cual los seres humanos lo hacen todo bajo la influencia de unas fuerzas naturales fundamentales. Depende de cada uno de nosotros empezar a comprender esas fuerzas y finalmente entretejerlas en un todo magnífico y divino. Esta es la importante actividad que tenemos ante nosotros.

En uno de mis libros teosóficos favoritos, escrito por el  teósofo belga C. J  Lindemans y titulado Teosofía, Su Esencia y Valor, que no se ha traducido al inglés, encontré estas líneas y las he traducido porque son muy adecuadas: “La Sociedad Teosófica niega su esencia si permite que otros objetivos concomitantes tengan prioridad sobre lo que es su objetivo principal y, de hecho, la razón fundamental de su existencia, la Fraternidad Universal.”

Así pues, una conciencia creciente de que no estamos separados es el principio del viaje que hemos emprendido todos juntos. Sea cual sea la unidad que tengamos en mente, ya sea de matiz espiritual o de otro tipo, ha de fundamentarse siempre en la compasión, porque nos damos cuenta de que existe una sola verdad y de que todos nosotros, por el simple hecho de buscarla, intentamos humildemente ser sus representantes.

Hay quien dice que los conflictos que hemos visto en el pasado podrían habernos hecho más fuertes, purificándonos y promoviendo la profundidad intelectual y espiritual. Pero, por supuesto, eso es sólo parcialmente cierto. La raíz oculta del conflicto se encuentra en los numerosos niveles de ignorancia y egocentrismo y en una falta de altruismo. El altruismo es posiblemente el sentimiento más noble que puede habitar en el corazón humano.

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