Unos pensamientos: ideas, acción e influencias

David Grossman - EE. UU


El autor

Se ha dicho que “Las filosofías no hacen nada, es la gente la que cuenta”. Sin embargo puede que esto no sea completamente cierto si tomamos en consideración la afirmación atribuida a Platón de que “Las ideas gobiernan el mundo”. Así pues, exponer ideas es realmente hacer algo. Ese fue el trabajo de H.P.B. Una vez dijo que le fastidiaba escribir. Y que era un fastidio muy grande. Desde Platón nadie había ofrecido una expresión completa de lo que solemos llamar “La Antigua Sabiduría Tradición” o “La Filosofía Perenne” que tiene en consideración los aspectos Espiritual, Psíquico (o intelectual) y Físico de la vida además de la ciencia, la filosofía y la religión y muestra cómo todo eso “está entrelazado y entremezclado en todos los puntos”. ¿De dónde procede este conocimiento? H. P. B. dice que un linaje ininterrumpido de grandes maestros de la humanidad. Siempre han estado en la escena. Se refiere a ellos como a los Adeptos teosóficos y dice que le encargaron, por así decirlo, volver a presentar los principios fundamentales y las enseñanzas en esta época de transición.

 

La Teosofía expone que existe un propósito en la vida y que todos los seres conscientes visibles e invisibles son una expresión de ese propósito que se va desplegando como una flor a través de un esquema evolutivo triple, espiritual, psíquico y físico, siendo el espiritual el que da impulso  al psíquico y al físico. Se enseña además que todo es vida, que no existe materia muerta ni ciega y que la vida está dirigida desde el interior al exterior. Cada acción externa tiene un impulso interior inteligente y  la conciencia está siempre actuando en algún nivel. La reencarnación y el karma proporcionan el campo y los medios para que toda esta danza se lleve a cabo.

Los principios fundamentales de la Teosofía, si se absorben y se comprenden bien, nos llevan a la conclusión de que el conocimiento equivale a responsabilidad. Cuando eso ocurre, una especie de proceso alquímico o de transformación ocurre en nuestro interior, donde surge con naturalidad la pregunta, “¿cómo puedo actuar mejor, dadas mis circunstancias, en beneficio del todo?” Respecto a los problemas evidentes con los que se enfrenta la sociedad ahora mismo, ¿cómo puedo actuar de un modo que forme parte de la solución y no del problema? En términos prácticos, ¿estoy viviendo una vida que le permita a la tierra seguir siendo un vehículo habitable para la vida y la evolución humanas? ¿Cuál es mi responsabilidad ante esos enormes desplazamientos humanos que están sucediendo actualmente? ¿Qué puedo hacer yo, de alguna manera, para contrarrestar las tendencias absolutamente destructivas que prevalecen en distintos países mediante la distribución de armas y la destrucción de la vida de personas inocentes que sólo quieren vivir en paz, criando a sus familias y persiguiendo sus sueños? Desde el punto de vista kármico, en la causa se encuentra el resultado final.

En su artículo Sobre la Pseudo-Teosofía, H.P.B escribe:

“¿No es suficiente ya soportar la carga de saber que, desde el nacimiento a la muerte, como mínimo, cualquier unidad de la familia humana ejerce una influencia y recibe a su vez, tan inconscientemente como respira, la influencia de cualquier otra unidad a la que se acerca o con la que entra en contacto? Cada uno de nosotros aumenta o disminuye el total de la suma de felicidad humana y de miseria humana, “no sólo del presente, sino de todos los siglos venideros de la humanidad”, tal como demuestra tan hábilmente Elihu Burritt, que dice:

‘No existe ningún lugar retirado en el Universo, ningún lugar oscuro en todo el disco de la no existencia, al cual (el hombre) pueda retirarse lejos de sus relaciones con los demás, donde pueda eliminar la influencia que tiene su existencia sobre el destino moral del mundo; en todas partes se dejará sentir su presencia o ausencia - en todas partes tendrá compañeros que serán mejores o peores debido a su influencia’”.

Esto, a la fuerza, tiene que ser importante para los estudiantes de Teosofía que comprenden el funcionamiento de la reencarnación y del karma. En cuanto a la difusión de las ideas, H.P.B. dice en su artículo The Tidal Wave, que deberíamos esforzarnos por presentar las ideas teosóficas al público, pero no solamente eso, debemos encontrar una manera de conmover y abrir el corazón humano. Esto es lo que dice:

“Es dudoso que los teósofos, en el presente o en un futuro, puedan elaborar alguna vez una aplicación práctica de esta sugerencia. Escribir novelas que contengan un sentido moral lo suficiente profundo como para conmover a la sociedad requiere un gran talento literario y ser un teósofo de nacimiento como era Dostoevsky - …Sin embargo, incluso en ausencia de esos grandes dones, se puede hacer el bien de un modo más pequeño y más humilde, tomando nota y exponiendo en narrativas impersonales los atroces vicios y males del día, con palabras y hechos, con publicaciones y ejemplos prácticos”.

Cada uno, en nuestros momentos de tranquilidad, debemos determinar cuándo hemos de actuar en el mundo a favor de una causa particular, cuándo nuestra conciencia nos pide hacer algo para mejorar un sufrimiento determinado o defender una flagrante injusticia que afecte a otros, o contra acciones destructivas que afecten el medio ambiente y, por lo tanto, a las generaciones venideras. Esto nos hace pensar en la historia verídica que ocurrió cuando el trascendentalista americano Ralph Waldo Emerson visitó a Thoreau en la cárcel local.

Henry David Thoreau había sido encarcelado por no pagar su impuesto de la contribución. Lo hacía por razones de conciencia. No quería de ninguna manera que sus impuestos sirvieran para apoyar la deplorable institución de la esclavitud. Cuenta la historia que cuando Emerson fue a visitarle a Thoreau en la cárcel y le preguntó: “¿qué estás haciendo tú aquí?”, Thoreau respondió “la pregunta sería ¿qué estás haciendo tú ahí fuera?”

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http://www.theosophyforward.com/articles/theosophy/1701-a-few-thoughts-ideas-action-and-influences