Jan Nicolaas Kind – Brasil
La necesidad imperiosa de una unidad Teosófica es cada día más fuerte. Parece, sin embargo, que algunos Teósofos tienen dificultades para entender qué significa exactamente “unidad teosófica.” Los que no han tenido ocasión de llegar a conocer realmente organizaciones Teosóficas distintas a la suya, piensan muchas veces que "su" Sociedad es la única válida y que las otras son simplemente sucedáneas o incluso cosas peores. Pero se ha progresado en esto: en vez de apartarse los unos de los otros, los Teósofos de distintas tradiciones están ahora realmente teniendo un diálogo. Aunque, en el pasado, habían fracasado intentos previos por reunirse, ahora, en el siglo veintiuno, existe un respeto mutuo y está apareciendo una conciencia de la responsabilidad común. El movimiento Teosófico es uno y las distintas tradiciones son sus representaciones; la casa Teosófica es suficientemente grande para todas ellas.
Hace un tiempo, Dorothy Bell, miembro australiana de la ST de Adyar, presentó un importante documento titulado “Raíces y Brotes.”
Dorothy Bell
Dorothy Bell se tituló en arte y educación en la universidad de Melbourne y en la universidad de Nueva Inglaterra de Australia, y su primera visita a América fue en 1990, con una beca Fulbright. Desde su ingreso en la Sociedad Teosófica el año 1999, ha dado conferencias para la ST en los Estados Unidos, Nueva Zelanda, India, y Australia. Dorothy Bell es también maestra de Reiki.
En “Raíces y Brotes,” se investiga a fondo el árbol genealógico americano de la Teosofía. Es, ciertamente, un valioso documento, y el prefacio de Dorothy resulta, sin duda alguna, refrescantemente revelador. Tengo el placer de incluir en este editorial el trabajo de Dorothy.
Raíces y Brotes – Prefacio
Dorothy Bell – Australia
Hasta cierto punto, los acontecimientos y cronología del árbol genealógico americano de la Teosofía disfrazan la verdadera naturaleza de su vida evolutiva - los ciclos y modelos de crecimiento, decadencia, y renacimiento y dentro de ellos, los esfuerzos para llevar a buen término el propósito original de la Sociedad Teosófica.
Los nuevos tiempos han visto cómo algunas ramas del árbol genealógico engrosaban y tenían vástagos, mientras otras se marchitaban y morían. Saliendo de debajo de la tierra y buscando nuevos parterres, los nuevos tallos secundarios de las raíces principales han encontrado también su lugar bajo el sol, aunque parezcan estar separados. En el árbol original, las tormentas han dañado algunas ramas, partiéndolas en dos. Y en la plenitud de los ciclos han caído unas hojas y han crecido otras, ocupando su lugar en ramitas y otros tallos, esforzándose por encontrar la luz y respondiendo al mismo impulso vivo y vibrante por expresar y extender la vida.
El impulso del corazón que plantó su semilla en 1875 y creó el vehículo externo - la Sociedad Teosófica - para transmitir al mundo la luz de la sabiduría, sigue estando hoy con nosotros, en el corazón de muchas personas que responden nuevamente a su llamada original, pero que se encuentran bajo etiquetas diferentes, en cajas diferentes y en territorios diferentes.
Con los años, se han dibujado líneas de demarcación en la arena, se han levantado vallas, se han establecido y vigilado territorios. Con el tiempo, las líneas dibujadas en la arena pierden su definición, pero no ocurre lo mismo con aquellas líneas de la mente que están atrapadas en la memoria, en la historia. En el pasado, las percepciones de ideales perdidos, las direcciones equivocadas y las enseñanzas desleídas engendraron la desarmonía, la división y la separación, y se fueron desarrollando nuevos modelos de nacimiento, crecimiento y renovación, o de declive y decadencia.
Pero el impulso original que produjo la semilla y el árbol, las ramas y los vástagos, los tallos secundarios subterráneos con su lugar bajo el sol, sigue estando dentro, buscando expresarse y realizarse. No hay necesidad de cambiar ningún límite, de anexionar otros territorios, ni de disolver ningún compartimiento, excepto en la prisión de la mente. Y una mente que está mutilada por la memoria - por la separación y el miedo - nunca puede ser libre. Podemos encontrar nuestro propio lugar bajo el sol si vamos más allá de la esclavitud del pasado y servimos a ese impulso dondequiera que estemos. Ese es nuestro territorio; ese es nuestro centro; esa es nuestra familia Teosófica.
Para el Árbol genealógico de la Teosofía hacer clic aquí:
http://www.theosophical.org/files/about/FamilyTreeTheosophy.pdf
Link to English version:
http://www.theosophyforward.com/index.php/the-society/533-editorial.html