El poder del pensamiento y la gratitud

Barbara Hebert – EE. UU

Theosophy Barbara 2 Hebert
La autora es la Presidente Nacional de la STA

¿Habéis pensado alguna vez cómo sería vivir en un estado de satisfacción y gratitud? La mayoría de nosotros a veces lo hemos pensado, sobre todo en tiempos de caos y dificultad. Como estudiantes de la Sabiduría Antigua, se nos aconseja observarnos a nosotros mismos: observar nuestras motivaciones, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones. Estos aspectos de nosotros moldean nuestra perspectiva del mundo en que vivimos.

Por medio del estudio, nos damos cuenta en seguida de que nuestros pensamientos nos impactan a nosotros y a los demás. Los pensamientos son los cristales a través de los cuales creamos nuestro mundo. Nuestros pensamientos se manifiestan como vibraciones de materia mental y si están suficientemente definidos, pueden crear una forma llena de la energía de los campos emocional y mental. El Maestro KH escribió a AP Sinnett, “Los pensamientos son cosas - tienen tenacidad, coherencia y vida, - y son entidades reales”. (1) En otra carta a AO Hume, el Maestro escribe:

“Cada pensamiento [de un individuo] al desprenderse pasa al mundo interior y se convierte en una entidad activa asociándose – o podríamos decir que coaligándose-, con un elemental; es decir con una de las fuerzas semi-inteligentes de los reinos. Sobrevive como una inteligencia activa, una criatura engendrada por la mente, durante un período más o menos largo según la intensidad original de la acción cerebral que lo generó. Por ello, un buen pensamiento se perpetúa como una fuerza benéfica activa; y un pensamiento nocivo perdura como un demonio maléfico. Y así [el individuo] está continuamente poblando el espacio con un mundo propio, atestado de los engendros de sus fantasías, deseos, impulsos y pasiones…”. (2)

Estas frases del Maestro deberían ayudarnos a detenernos y a pensar más allá, es decir ¡a pensar en los pensamientos que tenemos!

Por supuesto, no es sólo el Maestro KH quien ha hablado del poder del pensamiento. Muchos individuos a lo largo de los años han escrito y hablado sobre el poder del pensamiento. Buda dijo que “Estamos moldeados por nuestros pensamientos; que nos convertimos en lo que pensamos”. Annie Besant escribió “… cuando generamos pensamientos, buenos o malos, estamos afectando a nuestra propia vida y a la de los demás, y construimos nuestro presente y nuestro futuro, y por lo tanto hacemos el mundo de hoy y el de mañana”. (3) Marco Aurelio escribió que “Nuestra vida es el resultado de nuestros pensamientos”.

La ciencia empieza ahora a “ponerse al día” con este aspecto de la Sabiduría Antigua. La ciencia de la neuroplasticidad apoya lo que los estudiantes de la Sabiduría Antigua siempre han creído. “La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de reorganizarse, formando nuevas conexiones neuronales durante la vida. La neuroplasticidad permite que las neuronas (o células nerviosas) del cerebro compensen lesiones y enfermedades y ajusten sus actividades como respuesta a las nuevas situaciones o a los cambios de su entorno”. (4) Durante muchos años, los científicos creían que la estructura del cerebro no se podía cambiar después de los primeros años de vida. El cerebro, después de ese período crítico de desarrollo, era el cerebro que conservábamos toda la vida. Sin embargo, la ciencia de la neuroplasticidad cambia esta perspectiva. Este campo de estudio es tan fascinante como complejo. Aborda muchos problemas que van desde la recuperación de un derrame cerebral hasta la gestión del estrés. Para nuestros propósitos, nos concentraremos principalmente en lo que la neuroplasticidad tenga que decir sobre el poder del pensamiento.

En 2007, Abigail Zuger hizo la reseña del libro “The brain that changes itsef”, (El cerebro que se cambia a sí mismo), escrito por Norman Doige, para el New York Times. En esa reseña dice que “la antigua distinción entre el cerebro y la mente se desmorona rápidamente ya que el poder del pensamiento positivo finalmente consigue la credibilidad científica”. (5) En el artículo de noviembre de 2015 de Neuroscience News titulado “¿Podemos convertirnos en una persona diferente mediante el pensamiento?” se cita a Ian Robertson, Director del Trinity College Dublín´s Institute of Neuroscience, que dice “Lo que sí sabemos es que casi todo lo que hacemos, todo nuestro comportamiento, pensamientos y emociones, cambian físicamente nuestro cerebro de una manera que está fundamentada en la química o en la función del cerebro”. (6)

Sharon Begley, autor de numerosos libros sobre la neuroplasticidad y periodista de ciencias nos da el ejemplo siguiente cuando le entrevista Ira Flatow en la National Public Radio:

“Hicieron un experimento en Harvard hace unos años con un grupo de voluntarios que tenían que aprender un ejercicio con el teclado, y lo hicieron antes y después de medir la región del cortex cerebral motor que controla los dedos. Como era de esperar, esa región aumentó de tamaño. Otro grupo de voluntarios se limitaba a mirar la partitura e imaginaban que tocaban el mismo ejercicio en el teclado con cinco dedos. Lo hicieron durante una o dos horas cada día los cinco días de una semana. Les midieron la zona del cortex cerebral motor el lunes y los cinco días siguientes imaginaban que estaban tocando el piano. El viernes los científicos volvieron a medir la región del cortex cerebral motor y constataron que había aumentado exactamente el mismo tamaño que el de las personas que realmente habían tocado el piano. Con esto me refiero al motivo por el que la gente dice que el pensamiento puede cambiar el cerebro, porque esas personas no hicieron nada más que imaginar y pensar”. (7)

También leemos lo del Intention Experiment (El experimento de la intención) conducido por Lynne McTaggart. Este experimento pone a prueba el poder de la intención (o del pensamiento) para cambiar el mundo a través de unos experimentos basados en la web y controlados científicamente. McTaggart trabaja no sólo con miles de voluntarios, sino también con psicólogos y físicos de Princeton, Cambridge, la University de Arizona, el Institute of Biophysics (Instituto de Biofísica) y el Institute de Noetic Sciences (Instituto de Ciencias Noéticas). Los experimentos nos han proporcionado una gran cantidad de información científica respecto al poder del pensamiento. (8)

Sin lugar a dudas, nuestros pensamientos cambian una situación, - no sólo para nosotros, sino para el mundo que nos rodea. Si caemos en el pensamiento negativo, no nos ayudamos ni a nosotros ni al mundo. Cuando nos rodeamos de pensamientos negativos y formas de pensamiento negativas, cambia nuestro cerebro y cambian las vibraciones de energía que nos rodean. Como un ciclo interminable, los pensamientos negativos pueden llegar a atraparnos. Definitivamente, esto no nos es nada útil, y cuando enviamos esos pensamientos negativos al mundo, definitivamente no le estamos ayudando.

Concentrarse en lo positivo tanto como sea posible es una manera eficaz de ayudarnos a nosotros mismos y al mundo. Puede resultar difícil concentrarse en lo positivo mientras permanezcamos atrapados en un ciclo de pensamientos negativos. Sin embargo, una manera fácil de redirigir esos pensamientos es tener un sentimiento de gratitud cada día. Incluso en los momentos más difíciles, hay algo por lo que podemos estar agradecidos. Por ejemplo, podemos estar agradecidos por la belleza de las hojas verdes de un árbol yuxtapuestas con el cielo azul radiante o por una flor con sus innumerables variaciones de color; podemos estar agradecidos por la oportunidad de crecer y aprender como seres espirituales; o podemos estar simplemente agradecidos ¡porque somos capaces de ser agradecidos! Mientras sigamos concentrándonos en la gratitud, los pensamientos de gratitud nos irán llegando con más facilidad. Si nos rodeamos de positividad y gratitud “poblaremos nuestro espacio” (para citar al Maestro) y llenaremos nuestro mundo.

Los pensamientos son cosas. Aquello en lo que pensamos cambia nuestra estructura cerebral (la neuroplasticidad), nos envuelve en los campos emocional y mental y crea formas de pensamiento que tienen su propia vida limitada. Tenemos dentro de nosotros el poder de cambiar la situación en nuestra vida y en el mundo, simplemente a través de nuestros pensamientos. Romper el ciclo del pensamiento negativo y sustituirlo, aunque sea poco a poco, con pensamientos de positividad y gratitud puede ser importante y de hecho lo es. Como estudiantes de la Sabiduría Antigua, se nos aconseja que observemos nuestros pensamientos. Si lo hacemos, podremos redirigirlos para que sean una poderosa fuerza para el bien en el mundo. Como Norman Vincent Peale dijo, “Cambia tus pensamientos, y cambiarás tu mundo”.

Referencias

1 Vicente Hao Chin, Jr., The Mahatma letters to A.P. Sinnett ( Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett) en secuencia cronológica núm. 18 (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 66.

2 Vicente Hao Chin, Jr, The Mahatma Letters to A.P. Sinnett ( Las Cartas de los Maestros a A.P. Sinnett) en secuencia cronológica Apéndice I (Quezon City: Theosophical Publishing House, 1993), 472.

3 Annie Besant, Adyar Pamphlet #42, p. 26,

http://www.theosophical.ca/adyar_pamphlets/AdyarPamphlet_No42.pdf#

4 www.medicinenet.com/script/main/art.asp?articlekey=40362

5 http://www.nytimes.com/2007/05/29/health/29book.html?mcubz=1

6 http://neurosciencenews.com/neuroplasticity-change-personality-3099/

7 http://www.npr.org/templates/story/story.php?storyId=7131130

8 http://theintentionexperiment.com/the_experiments

Link to English version:

http://www.theosophyforward.com/articles/theosophy/2134-thought-power-and-gratitude