La meditación consciente “mindfulness” da lugar a unas experiencias personales que no son fácilmente interpretables por los científicos que quieren estudiar sus beneficios psiquiátricos en el cerebro. En una conferencia celebrada cerca de Boston el 5 de abril de 2014, los investigadores de la Brown University describirán cómo han sido capaces de integrar la experiencia de mindfulness con puros datos de neurociencia para avanzar en un estudio más riguroso.
El mindfulness es siempre personal y a menudo espiritual, pero la experiencia de la meditación no tiene por qué ser subjetiva. Los avances en la metodología permiten que los investigadores integren experiencias de mindfulness con representaciones o imágenes cerebrales y datos de transmisiones nerviosas para formar hipótesis verificables sobre la ciencia y los beneficios para la salud mental que se derivan de la práctica.
Un equipo de investigadores de la Brown University, dirigidos por Juan Santoyo junior, presentará el planteamiento de su investigación el sábado, 5 de abril de 2014, en la 12ª Conferencia Científica Internacional Anual del Centro de Mindfulness en la Facultad de medicina de la Universidad de Massachusetts. Su metodología emplea una codificación estructurada de los informes que facilitan los meditadores sobre sus experiencias mentales. Es algo que se puede relacionar rigurosamente con las mediciones cuantitativas neurofisiológicas.
“En la neurociencia del mindfulness y la meditación, uno de los problemas que hemos tenido es el de no haber entendido las prácticas en su totalidad" dijo la co-presentadora Catherine Kerr, profesora asistente (en investigación) de medicina familiar y directora de neurociencia de translación en la Iniciativa de Estudios Contemplativos de Brown. "Lo que realmente hemos necesitado son unos mejores mecanismos para generar hipótesis verificables - hipótesis clínicamente y empíricamente relevantes.”
Con los datos sobre las experiencias cuidadosamente cifrados - “metodología de la teoría de base” – se apoya la formulación y las pruebas de las hipótesis y una investigación científica del mindfulness. Ahora los investigadores están adquiriendo las herramientas para relacionar las experiencias descritas por los meditadores con cierta actividad específica en el cerebro.
“Vamos a comentar de qué manera esto es aplicable como instrumento general para el desarrollo de tratamientos específicos de la salud”, dijo Santoyo. “Podemos explorar la manera en que ciertas experiencias se acoplan a ciertos modelos de actividad cerebral. Sabemos que algunos modelos de la actividad cerebral tienen que ver con ciertas enfermedades psiquiátricas.”
Estructuración de lo espiritual
En la conferencia, el equipo enmarcará estas amplias implicaciones con lo que podría parecer una pequeña distinción: la de que los meditadores se concentren en las sensaciones respiratorias de la nariz o del abdomen. Las dos técnicas de meditación proceden de tradiciones asiáticas orientales diferentes. Los datos de experiencias cuidadosamente cifrados recogidos por Santoyo, Kerr, y Harold Roth, catedrático de estudios religiosos en Brown, muestran que las dos técnicas produjeron estados mentales considerablemente diferentes en los estudiantes que meditaban.
“Vimos que cuando los estudiantes se concentraban en la respiración abdominal sus descripciones de la experiencia se concentraban en la atención a zonas específicas y sensaciones del cuerpo,” escribieron los investigadores en su extracto de la conferencia. “Cuando los estudiantes describían experiencias de prácticas relacionadas con la concentración en la nariz durante la meditación, tendían a describir más bien un estado mental, más concretamente cómo “sentían” su atención.”
La capacidad de hacer esa distinción rigurosa entre las experiencias fue el resultado no sólo de haber adjudicado al azar, en dos grupos, a los estudiantes que meditan, – unos concentrándose en la nariz y los otros en el abdomen - sino también de emplear dos códigos independientes para realizar análisis estandarizados de los datos que a diario los estudiantes facilitaban inmediatamente después de la meditación.
A esta clase de codificación estructurada de la experiencia personal escrita se le llama “metodología de la teoría de base”. La aplicación que Santoyo hace de ella a la meditación permite formar hipótesis.
Por ejemplo, Kerr dijo, “Basándonos en las descripciones predominantemente somáticas o corporales de la experiencia del mindfulness ofrecida por el grupo enfocado en el abdomen, esperaríamos que hubiera una mayor conectividad funcional en reposo en este grupo en distintas partes de una gran región cerebral llamada ínsula, que codifica las sensaciones viscerales y somáticas y que también proporciona una lectura de los aspectos emocionales de lo que llamamos “sentir visceralmente.”
La experiencia unificadora y el cerebro
El siguiente paso es relacionar los datos cifrados de las experiencias con datos del cerebro en sí mismo. Un equipo de investigadores conducidos por Kathleen Garrison en la Universidad de Yale, incluyendo a Santoyo y a Kerr, hizo justamente eso en un artículo del periódico Fronteras de la Neurociencia Humana en agosto de 2013. El equipo trabajó con meditadores muy experimentados para relacionar los estados mentales que ellos describieron durante el mindfulness con la actividad simultánea en el cortex posterior (PCC). Midieron eso con imágenes de resonancia magnética funcional en tiempo real.
Vieron que cuando los meditadores de varias tradiciones diferentes relataban sentimientos del tipo “hacer sin esfuerzo” y “conciencia sin distracciones” durante su meditación, su PCC mostraba poca actividad, pero cuando decían que se sentían distraídos y tenían que esforzarse en el mindfulness, su PCC se mostraba considerablemente más activo. Ante la posibilidad de observar la reacción en tiempo real sobre su actividad cerebral en el PCC, algunos meditadores eran incluso capaces de controlar allí los niveles de la actividad.
“Se pueden observar ambos fenómenos juntos y descubrir cómo se influyen el uno al otro”, dijo Santoyo. “En 10 sesiones de un minuto fueron capaces de desarrollar ciertas estrategias para evocar una cierta experiencia y usarla para conducir la señal.”
Hacia las terapias
Uno de los temas de la conferencia, y la clave de la motivación de la investigación de Santoyo y Kerr, es el de aplicar esta investigación para obtener beneficios médicos tangibles. Los meditadores se han beneficiado durante largo tiempo de esos beneficios, pero el apoyo por parte de la neurociencia y la psiquiatría ha sido bastante más reciente.
En un artículo de febrero de 2013 publicado en el Frontiers in Human Neuroscience, Kerr y sus colegas propusieron que del mismo modo que los meditadores podían controlar la actividad cerebral en el PCC, los practicantes de mindfulness pueden aumentar su control sobre los ritmos alfa corticales sensoriales. Esas ondas cerebrales ayudan a regular la manera en la que el cerebro procesa y filtra las sensaciones, incluido el dolor y los recuerdos, como por ejemplo las cogniciones depresivas.
Santoyo, cuya familia emigró de Colombia cuando era niño, se sintió inspirado para investigar el potencial del mindfulness, y contribuir así a la salud mental, cuando estaba empezando la escuela secundaria. Creció en Cambridge y Somerville, Massachusetts, y observó los problemas psiquiátricos que tenía la población sin hogar de la zona. Se encontró con los mismos problemas cuando trabajaba sirviendo las comidas del hospital de Cambridge.
“En las comunidades humildes siempre se ven muchos desórdenes de salud mental que no han sido tratados,” dijo Santoyo, que medita con regularidad y ayuda a liderar un grupo de Mindfulness en Brown. Estudia para licenciarse en neurociencia y en ciencia contemplativa. “La perspectiva de la teoría contemplativa es que aprendamos cosas sobre la mente observando la experiencia, no sólo por curiosidad, sino para aprender a curar la mente.”
Es un camino largo, quizás, pero Santoyo y sus colaboradores están haciendo muchos progresos.
Más en el siguiente enlace:
http://www.sciencedaily.com/news/mind_brain/spirituality/
Link to English version:
http://www.theosophyforward.com/medley/1197-integrating-meditation-with-science