Este enfoque del yoga está basado en la acción, en contraste con el análisis intelectual (JNANA YOGA) o la devoción (BHAKTI YOGA). El término Sánscrito combina KARMA, "acción", y YOGA, “unión". El texto principal sobre el que se basa el karma yoga es el BHAGAVAD GITA, aunque ese texto también ensalza el bhakti (esp. en cap. 8-11) y jnana (esp. en cap. 12-18); de hecho, presenta los tres yogas como interrelacionados, es decir, la acción debería estar imbuida del amor y dirigida por la sabiduría. La mayor parte de las acciones, excepto las involuntarias, están motivadas por el interés propio (instinto de conservación, beneficio económico, éxito en la competición, etc.), pero el karma yoga insiste en el cumplimiento del deber - hacia uno mismo, hacia la familia, hacia el país, etc. – lo más hábilmente posible, pero sin pensar en la recompensa personal, es decir, renunciando al "fruto" de la acción, como nos dice el Gita. Obviamente, uno no puede abstenerse de la acción, porque no podríamos siquiera mantener nuestro estado físico sin algún tipo de acción. Como señala el Gita (3.5, 4.18), la propia naturaleza humana requiere que nos impliquemos en la acción; incluso no hacer nada es un tipo de acción.
Servicio y contento, por encima de todo...
Los karma yoguis (practicantes del karma yoga) están contentos con todo lo que la vida les depara, sabiendo que la ley del karma les otorgará siempre lo merecido y que todas las experiencias de la vida proporcionan las oportunidades para aprender y progresar espiritualmente. Esta actitud de la mente puede ilustrarse con la historia siguiente: Había un monje solitario que vivía en un frondoso bosque. Muchas veces estuvo a punto de morir de hambre y enfermaba con frecuencia. Su aspecto era el de un saco de huesos dentro de un bolso de piel arrugada. Un día, durante su meditación, fue visitado por un ser celestial que le preguntó cómo le iban las cosas. Él contestó que muy bien, pero le gustaría saber cuántas vidas le quedaban por vivir antes de alcanzar la iluminación. “Tantas vidas como hojas hay en este bosque,” fue la respuesta. “¡ Qué pronto!” exclamó el monje.
La filosofía del karma yoga puede resumirse en unas palabras: aceptación agradecida de lo que la vida nos depare, contento sosegado, desapego y servicio desinteresado. Esta actitud se logra sintonizando la conciencia al nivel de BUDDHI, del que se dice que es de una felicidad extrema y en el cual la conciencia no se enfoca en el ego personal, sino que se universaliza, en contacto con todo tipo de vida. Se dice que esta condición puede alcanzarse viviendo sólo en el momento presente, realizando todas las acciones, por más triviales y mundanas que puedan parecer, de la mejor forma posible pero con desapego y total concentración en lo que se está haciendo. También es importante desarrollar el sentido de la moderación - en la dieta, en las posesiones, hasta en el sueño - de forma que no desarrollemos el apego, ni siquiera sutil, respecto a ningún objeto, persona, o comportamiento.
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