Ver realmente lo que ocurre a nuestro alrededor
Fay van Ierlant - Países Bajos
En La Doctrina Secreta leemos que, como humanos en este Universo manifestado, pertenecemos a la Quinta Subraza de la Quinta Raza raíz. El número cinco apunta al quinto principio de la constitución séptuple del ser humano, que es la mente. Como raza, nuestras posibilidades de ser más conscientes del mundo se basan en la naturaleza de nuestra mente.
La mente humana, como explica HP Blavatsky en su Clave de la Teosofía, tiene un principio dual en sus funciones. Una función, llamada la mente inferior, “es el centro del hombre animal, donde se sitúa la línea de demarcación que separa al hombre mortal de la entidad inmortal.” La otra función es “la mente superior humana, cuya radiación conecta la mónada, el principio espiritual del hombre, durante la vida, con la parte mortal del hombre.”
HPB declara que “El estado futuro y el destino kármico del hombre dependen de si Manas (la mente) gravita más hacia abajo, hacia el Kama rupa, sede de la mente inferior y de las pasiones animales, o hacia arriba, hacia Buddhi, el Ego Espiritual.”
En el folleto de Robert Bowen titulado “Madame Blavatsky sobre Cómo Estudiar la Teosofía,” encontramos más información sobre la mente y sobre su forma de usar el cerebro físico. Bowen, como muchos recordarán, era un estudiante del círculo de Blavatsky en Londres. Y nos cita unas palabras de HPB:
“El cerebro es el instrumento de la conciencia despierta y cada imagen mental consciente que se forma significa un cambio y una destrucción de los átomos del cerebro. La actividad intelectual ordinaria circula por caminos bien trillados del cerebro y no implica ajustes repentinos ni destrucciones de la sustancia. Pero este nuevo tipo de esfuerzo mental exige algo muy diferente – labrar “nuevas vías cerebrales” y clasificar en un orden distinto las pequeñas vidas cerebrales. Si se fuerza imprudentemente, se le puede causar un grave daño físico al cerebro .. .Este modo de pensar (dice ella) es lo que los hindúes llaman el Jnana Yoga.”
Jnana significa percepción espiritual. El Jnana yoga es el proceso mental en el cual la mente aprende a trascender reflejos e imágenes mentales reducidas, hasta que consigue morar en “el Mundo sin Forma, pero del cual todas las formas son reflejos reducidos”. ¿Por qué tenemos que pasar por el proceso del Jnana yoga para poder darnos cuenta de la realidad que hay más allá de los reflejos reducidos y más allá de las imágenes que nuestra propia mente ha creado de nuestro mundo?
La respuesta puede encontrarse en la segunda parte de La Doctrina Secreta, Antropogénesis. La Estancia X, sloka 42, menciona que durante la Cuarta Raza raíz, “Construyeron templos para el cuerpo humano. Adoraron lo femenino y lo masculino. Y entonces el Tercer Ojo dejó de actuar.” En el capítulo “las Razas del Tercer Ojo,’” se explica que el tercer ojo dejó de actuar porque la humanidad se había hundido demasiado en el fango de la materia. Eso ocurrió cuando la Cuarta Raza llegó a su mediana edad y la inmersión en la materia comenzó a atenuar su visión espiritual. El tercer ojo, órgano de la visión espiritual, se petrificó y desapareció dentro de la cabeza, convirtiéndose en la glándula pineal. Desde entonces, la visión de la Realidad sólo puede adquirirse a través del entrenamiento y de la iniciación. Se dice que, “Durante la actividad del hombre interno (durante los trances y las visiones espirituales) la glándula se hincha y se expande”. Lo que una vez fue una capacidad humana natural ahora tiene que desarrollarse con esfuerzo. Podemos leer más sobre el tercer ojo en el volumen XII de los Collected Writings, donde se explica la diferencia entre el Raja y el Hatha Yoga. HPB explica cómo los nadis (canales por los que fluye la corriente de prana, o vitalidad) al ser pulsados de un modo apropiado, despiertan a los centinelas de ambos lados, el manas espiritual y el kama físico, y someten el inferior a través del superior.
Explorando más, vemos que el Maestro KH, en su primera carta a A.O. Hume, escribe sobre la evolución de la mente:
“Usted nos pide que le enseñemos la Ciencia verdadera, el aspecto oculto del lado conocido de la naturaleza, y usted cree que esto es tan fácil de hacer como de pedir. No parece usted comprender las dificultades enormes que tenemos en el modo de impartir siquiera los rudimentos de nuestra Ciencia a quienes han sido entrenados en los métodos familiares de la suya. Usted no ve que cuanto más tiene de una, menos capaz es de entender intuitivamente la otra, ya que un hombre sólo puede pensar siguiendo los surcos que recorre habitualmente y si no tiene el valor de rellenarlos para construir otros nuevos, forzosamente tendrá que viajar por los antiguos…
La idea que deseo transmitir es que el resultado de la mayor intelección de un cerebro científicamente ocupado es la evolución de una forma sublimada de energía espiritual, lo cual, en la acción cósmica, produce resultados ilimitables, mientras que el cerebro de acción automática almacena solamente cierta cantidad de fuerza bruta, infructuosa para el beneficio del individuo o de la humanidad. El cerebro humano es un generador inagotable de fuerza cósmica de la más alta calidad, a partir de la energía inferior bruta de la naturaleza... ”
El Maestro menciona una mente capaz de comprender de manera intuitiva. La intuición es el conocimiento por la identidad, y todas las dualidades se disuelven. Nos da la visión del todo, una visión unificada de la realidad en la cual el individuo y lo universal se perciben como uno solo.
Las limitaciones de la conciencia universal, cuando se centraliza y se expresa a través de un centro de conciencia individual, le impiden al individuo ser consciente de su naturaleza divina. Es la falsa ilusión causada por esta privación la que hace que una persona persiga toda clase de objetos mundanos y busque en vano la felicidad. Bajo esta ilusión, como se ha mencionado anteriormente en la Estancia 10, sloka 42 de La Doctrina Secreta (Antropogénesis), debido a la pérdida del tercer ojo original, los seres humanos consideran la energía divina que fluye por ellos como una energía personal propia que tienen derecho a usar a su antojo. Es esta actitud la realmente responsable del mal uso que se hace casi universalmente del poder en este mundo nuestro y la causa de la mayor parte de sus problemas. Esta tendencia es cada vez más pronunciada y quienes se benefician de ello lo dan por supuesto y lo consideran un ejercicio legítimo de la libertad y un derecho que tienen como seres humanos.
La búsqueda ciega del poder es el indicio de estar considerablemente implicado en las ilusiones del mundo y es, por lo tanto, inevitable. Sin embargo, los humanos, que pueden usar la mente para refinar “la energía inferior bruta de la naturaleza” del cerebro humano y convertirla en “un generador inagotable” de conciencia cósmica, comprenderán intuitivamente la verdad de que la realidad es un todo indiviso del cual son una parte integrada. Una mente así podrá discernir entre las ilusiones separadas y el verdadero sentido de la unidad fundamental: la unidad fundamental de la fraternidad universal. Este podría ser el desafío de la Quinta Subraza de la Quinta Raza raíz que pasa por la materia en la Cuarta Ronda.
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http://www.theosophyforward.com/index.php/theosophy/385-our-world.html