Ali Ritsema - antigua Secretaria General de la Sección holandesa
A menudo se dice que el mejor modo de promover la Teosofía es ‘vivir la Teosofía’. ¿Pero sabemos lo que significa ‘vivir la Teosofía’, y es posible hacerlo? Este artículo corto es una investigación sobre este tema.
Antes de que podamos ‘vivir la Teosofía’, tenemos que entender lo que es la Teosofía. En La Clave de la Teosofía (p.1), H. P. Blavatsky explica que el verdadero sentido de la palabra Teosofía es ‘Sabiduría como la que poseen los dioses’. Me parece que cuando ‘los dioses poseen sabiduría’, obviamente saben vivir su sabiduría. ¿Quiénes entonces son los ‘dioses que poseen la sabiduría’?
La Doctrina Secreta (2:255 fn) arroja luz a esta cuestión cuando explica que a un cierto período en el proceso evolutivo humano, su desarrollo material y desarrollo espiritual se encontraron. Es el período en el que la envoltura física estaba lista para recibir al Peregrino divino. Sólo a partir de entonces los humanos eran completos. En este punto, los humanos eran dotados con Manas. ‘fueron hechos "dioses" para lo bueno y para lo malo, y responsables.'
Sin embargo, no existe el bien y el mal de por sí, no existen de manera independiente en la naturaleza. Por lo tanto, nadie es absolutamente ‘bueno' y nadie es absolutamente 'malo'. Es a través de la comparación que aprendemos a discriminar entre lo 'bueno' y lo ‘malo' o entre lo superior y lo inferior. Aquí está nuestra opción, nuestro proceso de aprendizaje, y nuestra responsabilidad.
'Cada hombre lleva un Dios dentro de sí mismo, no fuera…' (Transacciones de la Logia de Blavatsky, p. 52). Sin embargo, esto no significa que los humanos sean ya 'dioses' en el sentido espiritual que se le atribuye al término, tal y como podemos observar cada día.
Es Manas, ‘la mente’, la facultad mental, la que hace de la gente seres inteligentes y morales y así los distingue de los animales. Es la mente la que hace a la gente responsable. El Manas es triple, dice la Doctrina Secreta (2:254 fn): ‘como un principio en sí, que gravita, en su aspecto más alto, Atma-Buddhi [nuestra naturaleza superior], y sigue, en su naturaleza inferior, Kama, el asiento de los deseos y pasiones animales y terrenales.' Esto explica el bien y el mal.
Manas puro, o como un principio en sí, es una emanación de Mahat, la Mente Universal, también llamada Prajna, Sabiduría Universal. El Prajna es la llave que convierte a un ser humano en Dios, creando un Bôdhisattva según La Voz del Silencio. Tal persona es aquella cuya esencia (sattva) se ha convertido en inteligencia (bodhi).
Siendo dotados con Manas como un principio en sí, somos un rayo de Mahat. Así, en nuestra misma esencia, en nuestra naturaleza verdadera, somos un Dios y poseemos la sabiduría de los dioses. Sin embargo, la mayor parte de las personas están ocupadas, ocupadas, ocupadas, corriendo como locos para cumplir con las expectativas de nuestra naturaleza mundana. De esta manera, olvidamos nuestra naturaleza verdadera, la pisoteamos, no siendo conscientes del hecho que somos realmente Dios. ¿Entonces, qué deberíamos hacer?
Todo aquello que nos mantiene alejados de expresar nuestra naturaleza verdadera, la naturaleza de nuestro Dios interno, debería ser suprimido. Deberíamos dejar que la tranquilidad vuelva a nuestra vida. Deberíamos observar nuestra naturaleza inferior a través de la luz de nuestra naturaleza superior. Deberíamos estudiar, considerar y asimilar las enseñanzas de la Sabiduría Antigua, tomando sus pautas como manera correcta de vivir al corazón. Deberíamos aprender a ver sin ojos, oír sin oídos, y sentir sin órganos.
Deberíamos hacernos inteligentes y dejar al Dios interno que brille desde dentro, para poder vivir la Teosofía.
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