La psicoterapia “integrada religiosamente” es eficaz para la depresión

Para los pacientes crónicamente enfermos con depresión profunda, un planteamiento con una terapia cognitiva-conductual (TCC) que incorpore las creencias religiosas de los pacientes es al menos tan eficaz como la TCC convencional, según sugiere un estudio publicado en abril en el Diario de Enfermedades Nerviosas y Mentales. El diario es publicado por Wolters Kluwer.

“La integración de las creencias religiosas de los clientes en la TCC no parece reducir significativamente su eficacia, sobre todo en los clientes religiosos," escribe el doctor Harold Koenig de la Duke University Medical Center, Durham, N.C., y sus colegas. Creen que este enfoque podría ayudar a hacer la psicoterapia más aceptable para los pacientes religiosos con depresión y enfermedad crónica.

Una Sabiduría Viva

De un estudiante

[La revista Vidya http://www.theosophysb.org/site/publications.html, editada por los miembros de la United Lodge of Theosophists de Santa Barbara, EE. UU, publicó el artículo siguiente en su número del verano de 2012; aquí ligeramente revisado.]

¿Cuál podría ser la distinción entre una doctrina y un dogma?

Cuando pensamos en el dogma, normalmente, pensamos en una creencia. En la religión organizada, el requisito institucional consiste en aceptar mentalmente un dogma en particular o un conjunto de dogmas. Uno está obligado de decir “Creo en esto. Lo acepto.” Sin embargo, esta afirmación puede ser, a veces, la receta de una especie de esquizofrenia espiritual. Cuando comenzamos a aceptar cosas sin estudiarlas detenidamente y sin comprobarlas por nosotros mismos, entonces realmente no sabemos en qué creemos. La teosofía adopta una postura honesta en este aspecto. No hay espacio para la creencia ciega. Se le presentan las doctrinas al investigador o al estudiante para que las considere, piense sobre ellas y hasta quizás las revise, sin obligación alguna de creer en ellas diciendo, “Esto es así” ni de aceptar nada mentalmente.

Serie Nuestra Unidad – Una Nueva Visión

Renée Sell - Nueva Zelanda

Hay una maravillosa parábola del Libro Tibetano de la Vida y de la Muerte que dice:

Patrol Rinpoche cuenta la historia de una vieja rana que había vivido toda su vida en un húmedo pozo. Un día la fue a visitar a rana del mar. “¿De dónde vienes?” preguntó la rana del pozo. “Del gran océano,” le contestó la otra. “¿De qué tamaño es tu océano?” “Es gigantesco.” “¿Quieres decir como una cuarta parte del tamaño de mi pozo?” “Más grande.” “¿Más grande? ¿Quieres decir como la mitad de grande?” “No, aún más grande.” “O sea... ¿tan grande como este pozo?” “No se puede ni comparar.” “¡Eso es imposible! Tengo que verlo por mí misma.” Y se fueron juntas. Cuando la rana del pozo vio el océano, el impacto fue tan grande que le estalló la cabeza.

Serie Nuestra Unidad – La Unidad Teosófica

John Vorstermans – Nueva Zelanda

La conciencia de Unidad duerme profundamente dentro de todos nosotros. Somos en gran parte inconscientes de la verdadera Unidad, tal como se entiende en la tradición teosófica, porque nos centramos en la separación, que es una característica dominante de la conciencia o conocimiento de nuestra personalidad. Nuestra personalidad, centrada predominantemente en la mente de deseo (kama-manas) está enfocada hacia el exterior por medio de los sentidos con los cuales percibe su realidad.

Sin embargo, la Sabiduría Sagrada nos enseña que la verdadera realidad no se encuentra en el mundo exterior, sino dentro de nosotros. Para encontrar esta realidad, debemos dejar de lado el mundo externo y emprender el viaje interior para despertar una conciencia más profunda y finalmente poder llegar a experimentar esta Unidad. Blavatsky habla de ello en La Voz del Silencio cuando describe los tres vestíbulos del aprendizaje por los que pasamos en nuestro despertar – el vestíbulo de la ignorancia, el vestíbulo del conocimiento y el vestíbulo de la sabiduría. Cada vestíbulo por el que pasamos en nuestro viaje debe dejarse atrás.

Como organización, la Sociedad Teosófica se ha ramificado en diversas direcciones, algo que podemos constatar viendo los diversos movimientos Teosóficos existentes en la actualidad. En sí mismo es algo que puede considerarse bastante saludable si exploramos lo que es la Teosofía. Podemos tomar como ejemplo el movimiento budista, en el que veremos diferencias entre las enseñanzas y direcciones del budismo Theravada y el Mahayana. Las dos tendencias son muy diferentes en sus enfoques y estudio del budismo; no obstante, hay que reconocer el valor que cada una le aporta al mundo. Algo parecido sucede con los diferentes Movimientos teosóficos existentes en la actualidad. Cada uno tiene su manera de explorar y tratar de entender la Teosofía y todos ellos se esfuerzan por contribuir a que el mundo sea un reflejo de la Unidad de la que estamos hablando.

Helena Blavatsky sobre los niños y la necesidad de una educación Teosófica

“A los niños se les debería enseñar sobre todo la confianza en sí mismos, el amor por todos los hombres, el altruismo, la caridad mutua, y más que ninguna otra cosa, a pensar y razonar por si mismos. Reduciríamos al mínimo el trabajo puramente mecánico de la memoria  y dedicaríamos el tiempo al desarrollo y  formación de los sentidos y facultades internos, y de las capacidades latentes. Nos esforzaríamos por tratar a cada niño como una unidad y por educarlo de la forma necesaria para conseguir el desarrollo más armonioso y equilibrado de sus facultades, con el fin de que sus aptitudes especiales alcancen su pleno desarrollo natural. Deberíamos intentar crear hombres y mujeres libres, libres intelectualmente, libres moralmente, imparciales en todos los aspectos y, por encima de todo, desinteresados. Y creemos que muchas de estas cosas, si no todas, podrían conseguirse con una educación adecuada y verdaderamente Teosófica.”

H. P. Blavatsky, La Clave de la Teosofía [p. 251/52]

Link to English version:
http://www.theosophyforward.com/theosophy/1411-helena-blavatsky-on-children-and-the-need-for-theosophical-education

El respeto por la naturaleza es clave en el hinduismo

El respeto y la reverencia por la naturaleza son la base de muchas prácticas y rituales hindúes. Sin embargo, muchos lugares de culto hindúes se enfrentan a enormes problemas ambientales.

Los textos y las escrituras hindúes están llenos de referencias a la adoración de lo divino en la naturaleza. Y siguen siendo relevantes hoy en día. Millones de Hindúes recitan mantras Sánscritos diariamente para reverenciar a sus ríos, montañas, árboles y animales. Muchos también siguen, por motivos religiosos, una dieta vegetariana y se oponen a la matanza institucionalizada de los animales para el consumo humano. La Tierra, representada como una Diosa o “Devi”, es adorada en muchos rituales Hindúes. Por ejemplo, antes de excavar los cimientos para construir un edificio, se invita a un sacerdote a llevar a cabo el “Bhoomi (tierra) Pooja” para pedir perdón a la madre tierra por violarla. Para muchos Hindúes, el concepto de la protección del medio ambiente no está separado de la enseñanza religiosa. Puede observarse en distintas prácticas locales que existen entre las comunidades Hindúes rurales, como los Bishnois y los Bhils, para proteger a los bosques y las fuentes de agua. A pesar de la reverencia profundamente arraigada por la naturaleza que existe en el Hinduísmo, no se puede negar que muchos lugares de culto hindúes - desde puntos de peregrinación situados en lo alto del Himalaya hasta el sistema del río Ganges – se enfrentan a importantes problemas ambientales.

Link to English version:
http://www.theosophyforward.com/medley/1360-respect-for-nature-key-to-hinduism

Serie Nuestra Unidad – Cien Buddhas

Patrizia Calvi – Italia

“Si desde el Vestíbulo de la Sabiduría pretendes pasar al Valle de Bienaventuranza, cierra por completo tus sentidos, discípulo, a la grande y espantable herejía de separatividad que te aparta de los demás.” (La Voz de Silencio, v. 37).

Las divisiones que existen en el seno del movimiento Teosófico son un hecho que está, indudablemente, en conflicto con el principio de la fraternidad universal sin distinciones. Estas divisiones perturban nuestra conciencia e implican una cierta sensación de fracaso al poner a prueba ese principio en nuestra vida.

Dicen que cuando Gautama Buddha entraba en una sala llena de gente, no veía cien personas, sino cien Buddhas. Y en latín se dice: Omnia munda mundis, “Para el puro, todas las cosas son puras.”

Serie Nuestra Unidad – Nuestra Unidad Teosófica

Janet Lee -  Reino Unido

"¡La culpa, querido Bruto, no es de nuestras estrellas, sino de nosotros mismos, que consentimos en ser inferiores!” Julius Caesar (1.2, líneas 140-141)

La obra romana de Shakespeare trata de la igualdad, del equilibrio político y de la fraternidad, así como de los profundos problemas y conflictos que surgen cuando algunos afirman tener una superioridad moral y verdadera sobre otros y ¡cuando cada uno afirma ser bueno y sin tacha! A la inversa, H.P.B. nos aparece como una mujer que se comprendía muy bien a sí misma y que era  especialmente consciente de sus propias debilidades y defectos, de modo que, a su manera, era una persona muy integrada, y ahí es donde estriba su fuerza y autoridad. Era ella misma de forma única y auténtica y conocía sus propias imperfecciones. Como es arriba, es abajo: como es dentro, es fuera. Como teósofos, no podemos esperar estar unidos entre nosotros, como una fraternidad universal, si no somos capaces de encontrar cada uno de nosotros esa unidad interna en nuestro interior.