The Manor

The Manor, el Centro de la Escuela Esotérica de Teosofía de Australia, es una gran finca privada  situada en Mosman, Sydney, Australia. Tiene vistas pintorescas del Puerto de Sydney y está rodeada, a ambos lados, por un parque nacional. El edificio es espacioso, con porches laterales y habitaciones grandes.


The Manor en los años 1920

The Manor fue construido hacia 1912 por el Sr. Bakewell, dueño de una fábrica de azulejos y ladrillos. Lo había construido como residencia para su familia; pero vio, decepcionado, que su familia no deseaba usar la casa tal como él había previsto. Había un grupo de teósofos que vivían en Mosman y en algunos barrios circundantes a principios de los años 1920. Uno de ellos, Lucius Van Gelder, tuvo la idea de experimentar con una comunidad que hiciera la vida más "razonable, barata y útil" para las familias e individuos involucrados. Pensaron en ocupar la casa construida por Bakewell. Charles Leadbeater, teósofo prominente de aquellos días y obispo de la Iglesia Católica Liberal, llegó a Sydney aproximadamente en esa época. Él mismo reconoció las posibilidades de la casa como un posible hogar para la comunidad y se mostró dispuesto a ir a vivir allí. Entonces firmaron un contrato de alquiler de tres años, y el 3 de agosto de 1922, varias personas se instalaron en ella. Leadbeater, que se convirtió en el foco de la comunidad, le pidió a Van Gelder que asumiera la dirección, y la residencia recibió el nombre de "The Manor."

La Teosofía y el Nacimiento del Arte Moderno Abstracto.

Kathleen Hall – Canadá

[Kathleen Hall estudió los pintores abstractos modernos y su relación con la Teosofia cuando trabajaba en la tesis de su máster. En relación con ese trabajo, mantuvo correspondencia con varios artistas Teósofos contemporáneos, en particular con Burton Callicott, Don Kruse, y Pamela Lowrie. Vive en la Isla de Vancouver, en la Columbia Británica, y se hizo miembro de la Federación Canadiense de la Sociedad Teosófica a consecuencia de dicho estudio. Kathleen investiga actualmente programas educativos, basados en el arte, para niños marginales de Roma].

A finales del siglo diecinueve, surgió un movimiento en el arte que fue una respuesta a una conciencia más elevada de la verdad cósmica. El arte abstracto moderno era la manifestación visible de unos ideales espirituales profesados a través de las enseñanzas de la Teosofía y de otras sabidurías populares. Los artistas de este movimiento eran escribas que pintaban lo que no se podía decir con palabras.

La espiritualidad en el arte abstracto comenzó alrededor de 1890 y corrió en paralelo con un creciente interés por el misticismo y el ocultismo. Muchos artistas se mostraban intrigados por ciertas escrituras espirituales, en particular por la obra maestra de Madame Blavatsky, La Doctrina Secreta. Indudablemente hubo otras influencias, como las obras de Édouard Schuré, Jakob Böhme y Emmanuel Swedenborg. Pero fue la Teosofía lo que tuvo una más profunda influencia en la aparición del arte abstracto moderno y, especialmente, en los padres fundadores del movimiento, Wassily Kandinsky, Frantisek Kupka, Piet Mondrian y Kazimer Malevich.


Composición en Rojo, Azul y Amarillo del pintor holandés Piet Mondrian

La Teosofía dio a estos artistas una perspectiva que se convirtió en el trabajo preparatorio fundamental de su espiritualidad. Partiendo desde este punto de vista, creían ser capaces de ver el mundo natural y más allá de él, así como de llegar a comprender la sabiduría antigua y los principios cósmicos de nuestra existencia. Esta elevada posición estratégica les transportaba a los cuatro por encima de las preocupaciones mundanas y les daba la sensación de tener una visión divina de los reinos de otros mundos. Se hallaban en el portal entre dos mundos y ellos eran los mensajeros, y comunicar este conocimiento se convirtió en el objetivo de su arte.

El lenguaje con el que estos artistas tradujeron su visión de un mundo en términos del otro fue la abstracción. Para ser comprendida satisfactoriamente, esa visión debía presentarse  en términos simples y relevantes, que más tarde podían desarrollarse y expandirse en complejas estructuras, a medida que iba resultando más familiar tanto para el artista en su papel de maestro, como para el espectador en su papel de estudiante. En su forma definitiva, tiene una apariencia simplista, mientras que es intrínsecamente compleja en su reducción de lo divinamente enigmático.

Editorial

Jan Nicolaas Kind – Brasil

La necesidad imperiosa de una unidad Teosófica es cada día más fuerte. Parece, sin embargo, que algunos Teósofos tienen dificultades para entender qué significa exactamente “unidad teosófica.” Los que no han tenido ocasión de llegar a conocer realmente organizaciones Teosóficas distintas a la suya, piensan muchas veces  que "su" Sociedad es la única válida y que las otras son simplemente sucedáneas o incluso cosas peores. Pero se ha progresado en esto: en vez de apartarse los unos de los otros, los Teósofos de distintas tradiciones están ahora realmente teniendo un diálogo. Aunque, en el pasado, habían fracasado intentos previos por reunirse, ahora, en el siglo veintiuno, existe un respeto mutuo y está apareciendo una conciencia de la responsabilidad común. El movimiento Teosófico es uno y las distintas tradiciones son sus representaciones; la casa Teosófica es suficientemente grande para todas ellas.

Hace un tiempo, Dorothy Bell, miembro australiana de la ST de Adyar, presentó un importante documento titulado “Raíces y Brotes.”


Dorothy Bell

Dorothy Bell se tituló en arte y educación en la universidad de Melbourne y en la universidad de Nueva Inglaterra de Australia, y su primera visita a América fue en 1990, con una beca Fulbright. Desde su ingreso en la Sociedad Teosófica el año 1999, ha dado conferencias para la ST en los Estados Unidos, Nueva Zelanda, India, y Australia. Dorothy Bell es también maestra de Reiki.
En “Raíces y Brotes,” se investiga a fondo el árbol genealógico americano de la Teosofía. Es, ciertamente, un valioso documento, y el prefacio de Dorothy resulta, sin duda alguna, refrescantemente revelador. Tengo el placer de incluir en este editorial el trabajo de Dorothy.

Buenas Noticias de España

Reseña de un Retiro Meditativo del Silencio basado en Luz en el Sendero, con Trân-Thi Kim Dieu, en Casal de Pau, del 3 al 6 de Diciembre 2011. *

Participantes

Alrededor de 60 personas se reunieron en el Casal de Pau, Arbúcies, Barcelona, para este cuarto Retiro en España, donde se practicó el silencio en acción y palabras. Naturalmente se hicieron algunos ejercicios prácticos de estiramientos, respiraciones y marcha meditativa. Pero lo más importante es que Kim-Diêu compartió, una vez más, sus reflexiones, esta vez sobre el tema de Luz en el Sendero. Sus prácticas sugerencias  para llevar una vida espiritual y ética se fueron desgranando en los debates en grupo. Habló en inglés y Ana María Torra y Nilda Venegas tradujeron sus palabras al castellano.

Adyar, ¿qué hacemos a partir de ahora?

Jan Nicolaas Kind – Brasil

"La teosofía tiene que combatir la intolerancia, los prejuicios, la ignorancia y el egoísmo, ocultos bajo el manto de la hipocresía. Tiene que derramar cuánta luz pueda de la antorcha de la Verdad, confiada a sus servidores. Ha de hacerlo sin miedo ni vacilaciones y sin temer ni las reprobaciones ni la condena. La teosofía, a través de su portavoz, la Sociedad, tiene que decir la VERDAD ante la misma faz de la MENTIRA; desafiar al tigre en su guarida, sin pensar ni temer las malas consecuencias, y rebelarse ante calumnias y amenazas. Como Asociación, no sólo tiene el derecho, sino el deber de no encubrir el vicio y de hacer todo lo posible para reparar males, ya sea con la voz de sus conferenciantes elegidos o con la palabra impresa de sus revistas y publicaciones, dejando, sin embargo, que sus acusaciones sean lo más impersonales posible. Pero sus Afiliados, o Miembros, individualmente no tienen este derecho.  Sus seguidores, ante todo, tienen que dar ejemplo de una moralidad firmemente perfilada y firmemente aplicada, antes de obtener el derecho a señalar, aunque sea con un espíritu bondadoso, la misma falta de unidad ética y de unidad de propósito en otras asociaciones o individuos. Ningún teósofo debería culpar a un hermano, dentro o fuera de la Asociación; y tampoco puede calumniar los actos de otro ni denunciarle, si no quiere perder él mismo el derecho a ser considerado un teósofo”. (H. P. Blavatsky, Collected Writings 7:174-5)

Nuestro Mundo

Nuestro Viaje Juntos

Jerry Hejka-Ekins - EE. UU

Tradicionalmente, la preocupación fundamental de la profesión médica era la de tratar y aliviar el sufrimiento de sus pacientes y, en la medida de lo posible, curar sus dolencias. No obstante, los avances tecnológicos han hecho posible, con unos medios extraordinarios, alargar indefinidamente el funcionamiento del cuerpo del paciente. A mediados del siglo veinte, esta nueva tecnología comenzó a dominar las prioridades de la profesión médica, sin tener ni siquiera en cuenta, a veces, los propios deseos del paciente y de la familia.

Hace unos sesenta años, Cecily Saunders, una enfermera titulada de Inglaterra, en respuesta a la política que se estaba aplicando en el campo médico, puso en marcha un movimiento en el que el respeto por el paciente, por sus creencias, deseos y necesidades emocionales, volviese a ser  primordial. Su visión era la de crear una atmósfera terapéutica en la que se pudiera atender, de nuevo, el deseo del paciente de fallecer tranquilamente en compañía de sus seres queridos. Sus esfuerzos se materializaron en el movimiento de los “Hospice” (Residencias para enfermos terminales), extendido ahora por todo el mundo. En estos “Hospice”,  se les proporciona a los pacientes  los cuidados físicos y emocionales necesarios y deseados para que se encuentren cómodos, pero sin utilizar los esfuerzos extraordinarios que se hacen para mantenerlos vivos de forma artificial.

Editorial

Jan Nicolaas Kind-Brazil

Me parece que últimamente muchos teósofos empiezan a reconocer que el movimiento Teosófico en conjunto está experimentando  una transición. Mientras en algunas delegaciones hay puro descontento y frustración, que propicia un alejamiento del movimiento, en otras delegaciones se puede ver entusiasmo y una inspiración renovada.

Por una parte, algunos se quejan de que mucha gente, en este movimiento, está tan sordomuda como una caja de piedras, mientras se dan de baja los miembros y se anulan las suscripciones a revistas Teosóficas; por otra parte, en particular entre los teósofos más jóvenes, el interés por las enseñanzas fundamentales está aumentando rápidamente.

El lado negativo de esta transición es que sigue siendo molesto que los autoproclamados protectores de la causa todavía traten de reanimar viejos conflictos, repitiéndose constantemente, diciendo verdades a medias y mentiras, y afirmando ser los defensores de la verdad genuina. El aspecto positivo es que muchos otros han concluido que estos individuos y sus mensajes son en realidad insignificantes, por lo que sus voces se desvanecen rápidamente.

El coronel Olcott homenajeado en Nueva Jersey

[El 10 de septiembre de 2011, se inauguró  una estatua conmemorativa de Henry Steel Olcott en un templo budista de Sri Lanka cerca de Princeton, Nueva Jersey. La estatua es una copia de otra que hay en Colombo, Sri Lanka, donde Olcott es un héroe nacional por el trabajo que hizo para crear escuelas budistas y conseguir el respeto de los británicos a las libertades civiles y religiosas de los habitantes de Sri Lanka. Lo que sigue es un resumen de los comentarios que hizo, en el evento, el Vicepresidente de la Sociedad Teosófica de América, Edward Abdill.]

Junto con la Señora Helena Petrovna Blavatsky, Henry Steel Olcott fundó la Sociedad Teosófica, que ahora tiene ramas por todo el mundo. La Sociedad se dedica a la hermandad universal y a fomentar un estudio comparativo de la religión, la filosofía, y la ciencia. Olcott era un apasionado de esos objetivos y trabajó infatigablemente para que se tradujeran y publicaran textos asiáticos en inglés. Sobre todo se interesó por los textos hindúes, budistas, y de Zoroastro. Fundó una biblioteca en nuestra sede central internacional de Chennai, India. Esa biblioteca todavía la usan hoy para la investigación los eruditos asiáticos.